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Segunda | Alavés 2 - Hércules 1

Aganzo y los regalos

Sergio concedió un penalti cuando el partido agonizaba

Actualizado a

Se acabaron las coartadas arbitrales para el Hércules. Ya no hay excusas para camuflar la caída al vacío de un equipo que pierde fuelle, juego y actitud conforme transcurren las jornadas. La lista negra compuesta por Pérez Montero, Ceballos Silva, Afonso Suárez o Pino Zamorano ya es historia. Ahora, la máxima de Goiko debe de ser cortar la hemorragia que tiene su equipo en defensa para, al menos, disimular lo que todo el mundo ve y aprovecha. Si consigue corregirlo, se podrá hablar y especular con otras cosas. Pero de momento, el pesimismo vuelve a sobrevolar el Rico Pérez. Sobre todo, tras sumar un punto de los últimos doce que se han puesto en juego. Ayer fue el turno de los regalos. Y en Segunda División ya se sabe como acaban las historias en las que predomina la generosidad.

Sergio, cuando el partido agonizaba y el Hércules tenía en su zurrón un punto trabajado, decidió atropellar a Toni Moral dentro del área, quien exageró un poco la caída para que Amoedo Chas no tuviese ninguna duda. Ni él, ni nadie que viese el partido de Mendizorroza. Aganzo, ese jugador que quiso Subirats para apuntalar el proyecto, no perdonó, firmó su doblete y mandó a la lona a un equipo con pies de barro.

Uribe, fiel a su estilo de presionar al enemigo hasta la extenuación, taponó las dos vías de escape del Hércules. Blas Pérez y Tote, con tres hombres encima cada vez que tomaban aliento, fueron desactivados. A partir de aquí, todo el caudal ofensivo del Hércules recordó a la prehistoria: al pelotazo en largo. Antes de que volasen los tres puntos, Andoni Goikoetxea revolucionó su once. Hasta cuatro cambios realizó el vasco respecto a la última semana. Curiosamente, dos de las permutaciones afectaron a la retaguardia, donde Prats y Llera saltaron por los aires. Unai Alba cumplió, y César, que se salvó porque hizo el empate, también. No obstante, la defensa firmó el mismo sainete de siempre y nunca hubo esa solidez que se presupone en los equipos de Goiko. El tridente compuesto por Mena, Toni Moral y Aganzo hizo el resto.

El punta por el que se pelearon Alavés y Hércules hasta el último respiro cumplió con su misión. Firmó los dos tantos de su equipo y puso patas arriba la moral herculana, que ha visto como su arranque liguero recibe un frenazo en seco.