Los lunes del asador donostiarra | Pellegrini pasa revista
"El técnico significa el 95% en la semana y el 5% en el partido"
Pellegrini aterriza en el Asador Donostiarra tras una derrota que duele por falta de costumbre: su Villarreal ha ganado 15 de sus últimos 17 partidos. Todos sin Riquelme, un buen argumento para defender al grupo frente a la estrella.
Manuel Luis Pellegrini Ripamonti (Santiago de Chile, 1953) fue central del Universidad Católica durante 14 temporadas y 451 partidos, experiencia suficiente para conocer qué infunde pánico a un defensa: "No hay nada peor que no saber a quién marcar. Por eso mis equipos no tienen jugadores de banda fijos. Ocupamos los flancos, pero no siempre con los mismos". Es más difícil pegarle a un blanco móvil, viene a ser la moraleja de quien jugó al fútbol de una manera y lo enseña de otra. Y le va bien. Fue campeón en Chile (Universidad), Ecuador (LDUQ) y Argentina (San Lorenzo y River). En España cumple su cuarta temporada en el Villarreal, al que tuvo en semifinales de la Champions y con el que no se ha visto por debajo de la séptima plaza al final.
Esa estabilidad es meritoria, especialmente cuando uno se presenta en el despacho del presidente para decirle que no pondrá más a la estrella del equipo (Riquelme): "Roig me dijo: 'La autoridad la tienes tú'. Agradecí el respaldo, pero si no me lo hubiera dado me habría marchado. En esto alguien tiene que mandar, con razón o sin ella". El conflicto era común en el fútbol español. Pellegrini dio vacaciones en Navidad hasta el 29 de diciembre. Riquelme pidió volver el 2 de enero y el técnico se lo negó. Y el jugador le retiró la palabra: "Riquelme figura entre los cinco mejores jugadores del mundo en su puesto, pero no está comprometido con el club. Si las individualidades se ponen al servicio del equipo, fenomenal. Si quieren estar por encima del equipo, sobran. Román renunció al Villarreal como antes había renunciado a la selección. Y el primero que lo lamenta soy yo, porque es un jugador extraordinario, que prepara tres opciones buenas y luego elige la mejor. Pero Román se fue y el equipo siguió ganando".
Pellegrini conserva el porte de central, oficio del que vivió hasta 1986: "Ese fue mi último año. Jugábamos la Copa de Chile contra el Sandino. Nuestro portero rechazó el disparo de un rival, salté para despejar y por detrás llegó un chaval de 17 años, cedido por el Cobresal, que me sacó medio metro y cabeceó a la red. Ese día decidí que no podía seguir. Aquel chico delgadito se llamaba Iván Zamorano y si hubiese sabido dónde iba a llegar, habría seguido dos años más". Pellegrini jugaba y estudiaba Ingeniería Civil, la Arquitectura española: "Con 25 años terminé la carrera y empecé a proyectar casas. Siempre me vi echando a andar una constructora cuando acabara el fútbol, pero Fernando Riera, entrenador del Universidad, me despertó la vocación del banquillo. Nos hacía entrenar a los jugadores de las categorías inferiores una vez a la semana y aquello me gustó. Luego hice cursos en Italia e Inglaterra y ahí murió la ingeniería".
Los argentinos.
A Villarreal le llevaron Jesús Martínez, ex jugador del Valencia y hoy su agente, y Alberto Poletti, ex portero del Estudiantes de Bilardo: "Acababa de dejar River y del Villarreal sabía que era un equipo muy 'argentino', porque allí estaban Palermo, Arruabarrena y Battaglia. Y acerté, porque la infraestructura es la de un grande: buenos futbolistas, buenos campos de entrenamiento, un chárter en los viajes, hoteles de cinco estrellas. No tenemos nada que envidiar a nadie. Y el club no es vendedor, sino comprador, con vocación de mejorar día a día".
Pellegrini repasa con detalle las hazañas europeas hasta llegar a aquellas semifinales de la Champions 05-06 frente al Arsenal. El Villarreal había superado al Everton, un grupo terrible (Manchester, Benfica y Lille) y a Rangers e Inter. En Highbury cayó por 1-0 y en El Madrigal no pasó del 0-0. Riquelme falló el penalti que llevaba a la prórroga en el 89'. "A Guille Franco le sacaron tres, el Arsenal no pateó al arco en todo el partido... Yo tengo esperanzas de volver a la Champions, de ganar algún título. Si no fuera así, no me habría quedado". En verano tuvo ofertas, una de ellas de la selección chilena: "Pero yo no podía dejar un club que me ha respaldado así".
Hasta aquí la épica, que tiene un porqué: "Hay que entrenar como se juega. El trabajo táctico se hace de mitad de campo hacia atrás. De ahí hacia adelante pretendo que los jugadores tengan libertad. Me gusta jugar con dos centrocampistas centrales, uno con más técnica que otro, y ocupar las bandas, pero no con jugadores fijos. Eso nos haría más previsibles. Siempre pongo dos puntas porque no creo en los mediapuntas. No sé bien lo que hacen. Los mediapuntas suelen ser delanteros que no hacen jugar al equipo, que tienen el egoísmo propio de los goleadores. La idea final es tener la capacidad de jugar mucho tiempo la pelota en campo contrario".
Un manual de filosofía que exige un aprendizaje diario: "El entrenador es el 95% de un equipo durante la semana, pero el día del partido el 95% lo ponen los jugadores. Entrenando es como se mecaniza la manera de jugar. En una final de la Copa Suramericana hicimos caer al rival siete veces en fuera de juego, pero fallamos en un achique y ahí nos hicieron el gol que nos tumbó. El entrenamiento orienta las intenciones. Nosotros hacemos ejercicios en los que no está permitido dar más de tres toques en campo propio, ni jugar con el portero, ni echar el balón atrás. Eso nos da velocidad en la llegada. Mis sesiones son siempre con la pelota. Sólo una vez al mes prescindimos de ella".
Una declaración de valentía que en la Liga choca por insólita: "Aquí hay esquemas muy rígidos. Los equipos que no tienen dos extremos fijos no usan las bandas. El Barça, que es el que mejor fútbol hace, las ocupa perfectamente y, sin embargo, no tiene extremos. También se defiende con dos líneas de cuatro. ¿Para qué? ¿Qué provecho obtengo yo obligando a defender a Matías o a Pires? Yo creo que defender con ocho limita a un equipo en ataque, pero ojo, así también se ganan partidos. El primer resultadista soy yo, que quiero ganar incluso jugando mal, pero creo que jugando bien se obtienen mejores resultados. También tengo comprobado que quien tiene la pelota se desgasta menos y sé, porque he sido central, que desequilibran los de arriba, que es la técnica la que define el choque. Y no acepto hacer un gol y terminar el partido. No ir a por el segundo es una falta de respeto". Conclusión: "Prefiero el 5-4 al 1-0, porque es lo que quiere el público y el público es lo más importante en este juego".
Las figuras.
La conversación salta vertiginosamente en el mapa. Argentina: "Allí los chavales juegan por necesidad y por pasión. Si en River pierdes un partido no puedes salir a la calle en una semana y si lo ganas, tampoco. Un gol cambia al presidente de la República. En Argentina y en Brasil están los mejores jugadores del mundo. Levantas una piedra y salen cuatro figuras en cuatro puestos diferentes. El tridente Riquelme-Agüero-Messi sólo podrían igualarlo Kaká, Ronaldinho y el mejor Ronaldo. Sin embargo, en Europa se juega más rápido, con más intensidad". River Plate: "Los últimos diez arietes que jugaron allí han ido a un grande. El que se pone el nueve en ese equipo está llamado a triunfar fuera". Raúl: "¿Qué jugador es capaz de estar diez años seguidos siendo figura en el Madrid?". Chile: "Es curioso. El país ha progresado extraordinariamente en los últimos años y, sin embargo, el fútbol se ha estancado. Necesita que la selección vaya a un Mundial, respaldo económico, que la Liga sea más competitiva. Esperemos que Bielsa invierta la tendencia". Barcelona: "Con el Villarreal, es el único equipo de España que sale a buscar el partido desde el principio. Ellos lo consiguen casi siempre y nosotros, no tanto. Pero la temporada pasada en El Madrigal pusieron a dos centrocampistas de contención, Edmilson y Motta... y nos ganaron 0-2". La Liga: "El más competitivo de los campeonatos europeos. A la larga, Madrid y Barça se imponen, pero cualquiera le puede ganar a cualquiera. Los equipos intermedios de aquí son muchos mejores que los italianos o los ingleses". ¡Ay, España!: "Tiene sensacionales jugadores: Villa, Silva, Torres, que continúa progresando, y Xavi o Iniesta, a los que no se valora lo suficiente porque en el Barça hay muchísimas figuras. Que la Selección no funcione es inexplicable". Y un aviso para Aarhus en la despedida: "Tomasson es un chico muy educado, simpático y bien peinado que en cuanto te descuidas, te vacuna".