Primera | Murcia 1 - Atlético 1
Detalle del Kun y justo castigo
El Atleti se echó atrás tras adelantarse. El Murcia mereció el empate de Gallardo. Cambios políticos de Aguirre. Dos puntos y nervios en el Manzanares
Si creyese en un dios barbudo, futbolero y con rayos justicieros tipo Zeus, ahora mismo le estaría felicitando por enviar a Aguirre y sus secuaces de regreso a Madrid con el lomo oliendo a chamusquina. El Atlético hizo todos los méritos posibles para recibir el justo castigo del gol de Gallardo, el empate, dos puntos sobre nueve, nervios y, lo que es peor, miedo. Mucho miedo. En los cambios del mexicano, en cada balón colgado, en el patético retroceso del equipo cuando se vio por delante, en las muecas y en la forma de entender la vida o, lo que es lo mismo, el fútbol. Si buscan valientes, miren al Murcia. Y a Agüero, claro, una flor en el desierto.
Así como que el no quiere la cosa, el Kun se inventó un gol. El chaval tiene el mismo poder mágico que las novias, que de donde no hay nada sacan una discusión. Sólo que él genera goles. Un balón largo, un control perfecto, recorte, remate inesperado y 0-1. Sin inmutarse. Y el Murcia, como el novio aturdido, calladito no vaya a ser peor si abre la boca. Así tenía el Atleti el partido, señores, y ¿qué hizo? Se encogió como la ropa de mi primera lavadora de independencia. Probablemente también destiñó. Juraría que varios jugadores visitantes estaban amarillos. De miedo, intuyo.
Y el Murcia, que es humilde pero en absoluto tonto, vio el cielo abierto. El cielo digo porque cada balón que se acerca por aire a la portería del Atleti convierte aquello en zona radiactiva. Pablo, Leo Franco, Pernía y sus amiguitos se han especializado en humor al más puro estilo de El Gordo y el Flaco: choques, resbalones, malentendidos... Todo tan infantil que cuesta creer que no lo hagan adrede y que la pelota no esté untada en grasa. Si Richi no hubiera homenajeado a su pasado atlético fallando dos goles cantados, el Circo Price ya se habría ido al descanso sin ventaja alguna.
A partir de aquí entramos en la categoría de expedientes X. Nada más empezar la segunda parte, Leo Franco le sacó milagrosamente un mano a mano a Baiano, en la única aparición del brasileño en toda la tarde. Aguirre tardó cinco minutos en sentar a Agüero, ante la feliz estupefacción de la Nueva Condomina. Según el técnico, el Kun estaba tocado desde que volvió de Australia y podía haberse lesionado de seguir jugando.
En este asunto, como con las religiones y las bebidas light, que cada uno crea lo que le dé la gana. Pero la cara de extrañeza de Agüero al marcharse y la especialización de Aguirre en realizar cambios políticos (Forlán y Maxi pueden sentarse en el césped a charlar comiendo un bocata, que no se tocan) la duda es legítima. El que no dudó fue el Murcia: es la mía. Y lo fue.
No necesitó hacer demasiado. Con Baiano desaparecido y Regueiro con más corazón que acierto, los de Alcaraz se encomendaron al error ajeno, lo que con el Atleti no es una estrategia absurda. El empate se retrasaba porque Arzo falló un cabezazo fácil y el pobre Perea sacaba la supervelocidad a relucir vez tras vez: por él, por sus compañeros y por Pablo el primero.
El desenlace. La entrada de Motta, que le recordó al centro del campo del Atleti que el primer toque existe, dio unos minutos de respiro a los visitantes. Pero el final llevaba mucho tiempo escrito. Gallardo recibió en la esquina del área y, ante la pasividad de Pernía, recortó y remató con rosca y mucha clase para recordar que la justicia triunfa en el fútbol más veces de las que creemos.
Con 1-1, en el 80' y ya sin Agüero ni Forlán, al Atleti le entraron las prisas y recordó que existe vida en el área contraria. Sólo entonces atacó y casi le basta. Simao rozó dos veces el gol salvador, pero Zeus ya había tomado una decisión. De hecho, el arreón final dejó en peor lugar a los de Aguirre, ya que llegaron con tanta facilidad en diez minutos que su esperpento anterior resultó aún más sangrante.
El Murcia sigue invicto, logrando los premios que lucha. El Atleti aún no ha ganado, esperando que le regalen las recompensas que racanea. Aún tiene tiempo, pero esta historia huele a conocida. Una vez más, el enemigo está en casa.
El detalle: Motta debutó con el Atlético
Thiago Motta debutó ayer como jugador del Atlético en partido oficial. el brasileño saltó al campo en el minuto 67 en sustitución de Raúl García y fue el más destacado del centro del campo madrileño. Motta fue el último fichaje de los de Aguirre en agosto y se había estrenado en el amistoso de la semana pasada ante el Zamora, dando una buena imagen.