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Yo digo | Félix Godoy

La viva imagen de Emery

Unai Emery se hizo entrenador cuando aún no le había caducado el carné de futbolista (es casi de la quinta de Dudek...). Le tocó casi por casualidad. El Lorca no atravesaba su mejor época y el presidente decidió que el vasco se hiciese cargo del equipo. Sabía que sus compañeros le tenían mucho respeto y que era un gran conocedor del fútbol. Acertó de pleno. El Lorca reaccionó, subió a Segunda contra todo pronóstico y casi a Primera. Y el Almería lo cazó. Todo en un abrir y cerrar de ojos.

Suele decir que él se tiene que adaptar a la velocidad que se mueve el fútbol. Y se adapta. El estudioso Emery ha creado una pequeña máquina de jugar al fútbol. Le gusta la velocidad, el descaro, el toque, los extremos... Y todo ello lo envuelve de una casi infalible armonía táctica. Un equipo total. Pero nada de eso funcionaría sin la sincronía que existe dentro del vestuario. De eso tiene mucha culpa la calidad humana de la plantilla y Emery, que es cercano en el trato y sabe manejar los grupos. Es su viva imagen.