Italia se juega la vida ante una provocadora Francia

En el mes de agosto, Raymond Domenech, acusó al fútbol italiano de vivir instlado en la corrupción. Eso le costará ver el partido desde la grada. El presidente de la Federación Italiana de Futbol, Giancarlo Abete, ha confirmado que pese a todo, "le daré la mano". Semanas después, el centrocampista francés Lassana Diarra añadió más leña al fuego al señalar que los jugadores italianos "engañan a los árbitros". Alessandro Del Piero ha disculpado el comentario de Diarra excusándole "por la tensión del encuentro". Pero Francia, conocedora de la trascendencia del choque, ha vuelto a reavivar las llamas del encuentro. En este caso ha sido Franck Ribery quien ha prendido la mecha al calificar el encuentro de "batalla". "Nosotros estamos listos, somos Francia, no tenemos miedo a nadie. Italia se defiende bien y hace muchas faltas". La respuesta desde la otra orilla ha llegado de parte del tenaz e irónico Gennaro Gatusso. Ringhio ha respondido a Ribery con sorna y quitando hierro al asunto: "Ellos son Francia, sí, pero nosotros somos Italia. El otro día cayó un libro en mis manos, cosa que no ocurre muy a menudo, y descubrí que ganamos el último Mundial...".

Lo cierto es que los italianos se han puesto la piel de cordero ante las provocaciones francesas porque se juegan gran parte de su futuro en este encuentro. Si ganan a los galos, cosa que no ocurre (sin ir a los penaltis) desde el 2 de junio de 1978, recuperarán el lideraro del grupo. Pero si pierden, lituanos y escoceses pueden complicarles la vida.

El seleccionador italiano Roberto Donadoni mantiene la duda de Luca Toni, con un problema muscular. Si se confirma su baja, jugará el veterano Filippo Inzaghi. Un hombre que siempre aparece en los partidos importantes. En Francia, Mexes puede jugar por Gallas y Vieira sí estará finalmente junto a Makelele. Hoy San Siro será testigo de un clásico del fútbol europeo que empezó a jugarse allá por el mes de agosto.