Primera | Athletic
Yeste no olvida el dolor en su regreso al grupo
Jugó su primer partidillo desde que fue operado de pubis
A las 11.30 horas Joaquín Caparrós se dispuso a repartir los petos del entrenamiento. A Fran Yeste le cayó el verde, que es el color con el que habitualmente se señala al comodín de los partidos; al futbolista al que hay que mimar, al que no se le pueden hacer entradas ni disputar el balón en clave profesional. Para el zurdo era una buena noticia. Un mes y medio después de su operación de pubis volvía a un entrenamiento con el resto del grupo. Hasta ahora se ha limitado a ejercitarse en solitario. Y si tenía un compañero era porque también estaba lesionado o porque seguía un trabajo individualizado.
Los más entusiastas, que ayer se contaban por decenas en las gradas de Lezama, vieron el gesto como un anuncio de que Yeste podría entrar en la convocatoria ante el Zaragoza. Muchos se atrevieron a dibujar su once favorito; incluso alguno quiso intuir algo más de lo realmente extraíble (bastante poco, por cierto) en la distribución de petos. Pero no. Nada más lejos de la realidad.
El desarrollo del entrenamiento dejó a las claras que el basauritarra no estará ante el Zaragoza. Ni tampoco ante el Levante. La recuperación del pubis le tendrá al menos dos semanas más sin el alta médica. Incluso la cuenta podría elevarse a tres. No es nada extraño. Ramón Cugat le operó el pasado 24 de julio en Barcelona y entonces le dijeron que se preparase para estar un mínimo de ocho semanas de baja. Ese plazo expira entre el 15 y el 22 de septiembre. Todavía hay tiempo.
Sufrimiento. Yeste encaró la sesión con una sonrisa en la boca, pero según avanzaba el entrenamiento su gesto sólo ofrecía dolor. Primero se paró en los descansos, aunque a medida que se acumulaban los minutos también tuvo que detenerse con el juego en marcha. Se tocaba la zona dañada y se ponía en cuclillas buscando una posición que le produjera alivio.
Pese al dolor, el basauritarra resistió todo el partidillo sobre el verde y en ningún momento pidió una tregua a Caparrós. Yeste, que durante la gira por Holanda se limitó a realizar ejercicios en el gimnasio con mucha precaución porque hasta mediada la concentración no le retiraron los puntos, se moría de ganas por estar en el campo y por comprobar cómo marcha su recuperación.
Las molestias en su primera aparición al completo no le han restado un ápice de ambición por volver antes de que finalice el mes de septiembre. Al acabar el entrenamiento el zurdo recibió masaje y realizó la rutina de ejercicios que acompañan su jornada desde que finalizó la concentración de Holanda. Cerca de las 14 horas, con la mayoría de sus compañeros iniciando la escapada del fin de semana, Yeste dejó el vestuario para firmar autógrafos a la decena de chavales que esperaban en el párking. Hoy podrán verle allí de nuevo. Su recuperación no sabe de vacaciones. Hoy volverá a entrenarse en las instalaciones de Lezama.