Primera | Atlético 1 - Mallorca 1
Pernía minimizó el daño de Güiza
El Mallorca se adelantó y se echó atrás. El Atlético dominó sin puntería. El árbitro la tomó con Agüero. Los de Aguirre volvieron a fallar en defensa
El empate premió a ambos. Al Mallorca porque explotó con inteligencia su velocidad y la calidad del tridente Ibagaza-Arango-Güiza. Al Atlético porque dominó con fe, atacó sin descanso y encerró al rival en su área a base de toque y no de pelotazos. El empate castigó a ambos. Al Mallorca porque se acobardó al verse en ventaja, se encerró sin disimulo, regaló la pelota y acabó anulando él mismo a su tres estrellas. Al Atlético porque su defensa es de risa, se puso histérico tras el 0-1 y perdonó demasiadas ocasiones para el arsenal ofensivo del que dispone. Sensaciones extrañas, por tanto, nadie jugó ni bien ni mal ni todo lo contrario. Un lío.
El único cuya actuación no admite matices fue Teixeira Vitienes, ése hombre. Tras un verano con el clima loco, las chicas demenciadas y el Atleti haciendo las cosas bien, fue ver seguidos el partido del Barça y el del Calderón y quedarme tranquilo: el mundo no se va a acabar, los árbitros siguen siendo una maldita parodia. En serio, un dios bromista les puso en la Tierra para enredar y les dotó de un cerebro (o medio) que funciona distinto al de los demás. O no funciona en absoluto.
Nada más empezar, Navarro arrolló al Kun en el área. Penalti. Pero Teixeira decidió que no, que Agüero se había tirado. Vale, la torpeza se les supone, el problema fue la persecución posterior. Primero no pitó un par de faltas evidentes sobre el argentino, pero el broche fue un triple mortal. Pereyra derribó por detrás en la frontal al Kun, que cayó como un saco y se dañó la muñeca. Falta peligrosa y amarilla, dirán. Ja. Ante la sorpresa general, Mallorca incluido, el tal Teixeira amonestó al rojiblanco por tirarse mientras salía del campo en camilla. Tremendo. Claro, que si este tipo una vez fue incapaz de distinguir las camisetas de Sevilla y Betis por primera vez en un siglo, puede ver cualquier cosa. O no ver nada.
En fin, que entre una cosa y otra el Mallorca se fue al descanso ganando. La otra cosa, la que no llevaba silbato, era la defensa del Atlético. Ya en el minuto 2, Güiza se había plantado sin acierto ante Leo Franco, pero dio igual. El Atleti siempre falla dos veces. Y tres... El 0-1 fue para verlo. Moyá atrapó la pelota en un córner, sacó con la mano hacia Jonás Gutiérrez que pasó en largo a Güiza, solito a la espalda de los defensas, que resolvió con muchísima calidad.
Si el Mallorca no repitió la gracia antes del descanso fue porque Perea es tan rápido que debería ser ilegal y se dedicó a remediar los desaguisados del resto. Por cierto, Aguirre vio impecable a Pablo. Lo mismo él también es árbitro.
Hasta el descanso, el Atleti se estrelló con sus nervios, incapaz de combinar con sentido. Pese a todo, creó ocasiones por puro talento. Moyá sacó de la escuadra una falta de Simao, el larguero repelió otra de Maxi y el Kun rozó ese gol de vaselina que se le resiste. Esa es la gran novedad de este equipo: genera peligro aun jugando mal (en ambas porterías, claro). El Calderón va a bostezar poco en esta Liga.
Reacción. Aguirre logró calmar a sus jugadores en el vestuario y el Atleti salió en tromba. Moyá realizó una parada espectacular en un tiro lejano de Pernía, Forlán falló un gol de esos que va a fallar pocos y Agüero cabeceó con mucha intención un balón que se fue rozando el palo. Para ese momento, el Mallorca vivía ya en el alambre, parapetado en su área esperando que su rival siguiera disparando al aire.
Y casi sucede, porque ante un rival encerrado el Atleti, que nunca perdió el estilo ni la fe, mostró su única carencia ofensiva: un pasador que vea huecos cuando no lo hay. Un Riquelme, sí, pero uno dispuesto a asumir su rol en un grupo. En fin, nunca sabremos cómo hubiera funcionado el experimento, si saldría la piedra filosofal o la explosión hubiera quemado el estadio.
Para fortuna de técnicos y dirigentes rojiblancos, Pernía al fin rompió el gafe que perseguía a un profesional ejemplar y metió un gol que aplacará sus nervios y los del grupo. El Atleti empieza a regalar puntos en casa, cierto, pero si no le entran las prisas cederá pocos más. Y el Mallorca debe aprender la lección: tiene talento para no esconderse. Entre tanto, un puntito cada uno y a pensar. Tiempo hay.
El detalle: Teixeira no vio penalti al Kun
A los 80 segundos, Navarro derribó clarísimamente a Agüero dentro del área. Ni Teixeira ni su línea, que estaba muy cerca, vieron el penalti y decidieron que el Kun se había tirado. Esto derivó en que en el 32', cuando Pereyra hizo una dura falta al rojiblanco en la frontal, el árbitro no la pitara y amonestara al Kun mientras se iba en camilla por simular. Lamentable.