Yo digo | Juanma Velasco
Que sea una tarde de sonrisas
El proyecto de Joaquín Caparrós tiene una ocasión de oro para ganarse el respeto del resto de la Liga y dibujar una sonrisa difícil de borrar de la cara de los hinchas rojiblancos, castigados con dureza las dos últimas campañas. Son tres derrotas consecutivas en la cancha barcelonista. Imagine lo que sería volver con un triunfo de la todopoderosa casa azulgrana. Todos los que asienten con la cabeza seguro que también se conformarían con el empate. En un estadio en el que los locales acostumbran a jugar a favor de obra, la respuesta del Athletic se antoja definitiva para conocer cómo calan las arengas del de Utrera.
No hay mejor sitio posible para demostrar que uno no se arruga ni ante cocodrilos en mitad de un río. Es hora de hacer bueno el discurso de la pretemporada. Hay que pelear con fundamento. Son 90 minutos para creer y para soñar con un futuro halagüeño. El Athletic, gracias al capricho del calendario, no tiene nada que perder. No cabe el miedo ni el exceso de proteccionismo. La consigna es jugar al fútbol. Sólo así se podrá sacar algo ante un Barça que quiere fiesta ante su público.