Copa de la UEFA | Vojvodina 1 - Atlético de Madrid 2
Los García evitan sustos
El Atleti remonta a la Vojvodina y ya está en la UEFA
Bueno, pues ya está, el Atleti jugará la UEFA, la de verdad, en la que entran el resto de españoles y todos los equipos potentes. Ya tocaba. Y es lógico que hoy esté en el bombo de la primera ronda porque le sobra nivel para ello, como demostró ayer en Novi Sad, ganando a medio gas a una Vojvodina que se adelantó y soñó un ratito. Ya es un premio para un equipo que tiene que jugar a primera hora de la tarde porque su campo no tiene luz artificial.
El asunto sólo tuvo cierto interés porque la defensa del Atleti es tan caótica que le daría emoción a una sesión ordinaria del Congreso o a una serie de televisión sobre la frenética vida en una tienda de peces. Así son ellos. Cada balón colgado es un drama; cada leve acercamiento rival, una carga del Séptimo de Caballería. Así se adelantó la Vojvodina.
Todos bostezaban y la pelota acabó en el área de Abbiati. Entonces se sucedieron los absurdos. Los serbios, como si intentaran meter una llave en la cerradura a las cinco de la madrugada, necesitaron cuatro futbolistas diferentes y seis toques para mandar el balón en dirección a la red. Tremendo. Pero nada comparado con los defensas del Atleti, que no sólo no rozaron la bola sino que ni se pusieron cerca, para no molestar. El pobre Abbiati, tantos años en Milán y Juve, no daba crédito: Spain is different y el Atleti más.
Tras el descanso, la Vojvodina salió crecida, soñando con que los Reyes vinieran de nuevo. Y casi sucede, en forma de error garrafal de Antonio López y otros despistes varios. Pero entonces apareció el talento para acabar con los temblores. Luis García fue quien acudió al rescate, con un gol de hábil y de listo. Lo que es.
Tranquilidad.
Desde el empate, todo fue terreno favorable. Simao estuvo más activo que Reyes, Perea dejó el lateral para jugar de central y minimizar daños, Mista dio señales de vida y Cléber Santana demostró que tiene llegada y sólo Kahriman y el palo evitaron su debut goleador. El Atleti no brillaba, pero la lógica hacía su trabajo.
Y la victoria cayó por su propio peso gracias a una vaselina de Raúl García mientras se caía al suelo, que, como toda obra de arte, mezcló genialidad y fortuna a partes casi iguales. Como le sucedió a Abbiati minutos después al pararle un penalti a Despotovic y añadir un argumento más a su favor en la pugna con Leo Franco por el puesto, hoy por hoy, más competido del once inicial.
Tiempo tendremos de sobra para resolver ésta y otras cuestiones. Tiempo y partidos, pues el Atleti ya está en Europa. Ha dado un buen rodeo, pero por fin ha llegado. De eso y de nada más trataba el trámite de ayer en Novi Sad. Ahora empieza lo bueno. Siete años después, se acabó la odisea.