NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Amistoso | Getafe 0 - Atlético de Madrid 2

El Getafe se choca con Abbiati y Reyes

Buena imagen de los locales, pero sin gol. Marcaron Diego Costa y el utrerano. El Atleti de los suplentes, gris pero efectivo. Brillaron Uche y Pablo Hernández

<b>SEGURO. </b>Abbiati demostró ayer en Getafe, una vez más, que este año habrá lucha por la titularidad de la portería rojiblanca: el italiano fue de lo mejor del Atlético.

Fue una de esas noches raras, en las que unos y otros no sabían si estar contentos o tristes. El Getafe cerró la pretemporada con su primera derrota, pero dominó con solvencia al Atlético durante más de una hora y dio la sensación de equipo ordenado, con talento arriba y aspirante a pelear la UEFA aunque sólo hable de la permanencia. El Atleti de los suplentes jugó al trantrán, pero ganó y Reyes y Abbiati demostraron que ellos de suplentes tienen más bien poco y que, si lo son, es porque este equipo es magnífico.

El portero fue el único sustento rojiblanco antes del descanso. Kepa, persistente pero algo torpe en el remate, le puso cuatro veces a prueba y en cada ocasión respondió el italiano, con una mano increíble a bocajarro como broche. Pero Kepa no debe preocuparse, viendo quienes le rodean, será inevitable que lleguen los goles.

En la calculadora que tiene Ángel Torres por mente, Uche y Pablo Hernández se están revalorizando por segundos. El nigeriano corre y corre como si no hubiera mañana, pero aún a toda velocidad no se le nubla la vista. Frena y arranca, cambia de dirección, tiene gol... Si adquiere regularidad, será el referente ofensivo de este Geta. Y Pablo Hernández huele a proyecto de élite. Posee un amplio repertorio de quiebros y busca más la línea de fondo y el centro que las diagonales y el disparo. Un extremo-extremo, vamos.

Pero no sólo de delanteros vivió el Getafe. Como tipo superficial que soy, creo firmemente que las apariencias son fundamentales. Fíjense en el Cata Díaz. Ha demostrado sobradamente en Boca que es un notable defensa, pero es que el apodo y la cara le añaden un plus como central. No es lo mismo encararle a él que, digamos, a Zé Castro. Ayer hubo varias acciones en las que los delanteros del Atlético imaginaron el golpe antes de que el Cata se les acercase y prefirieron regalarle la pelota en paz. Defensa efectivo ése que siembra el miedo en el rival sin necesidad de soltar la pierna. La pareja que forma con Belenguer va a ser un muro, no sé si infranqueable, pero seguro que sólido.

Así, en toda la primera parte el Atlético ni se acercó al Pato: terreno minado. Tras la exhibición de Maniche y Raúl García frente a la Vojvodina, Luccin, Costinha y el gris debutante Cléber Santana fueron incapaces de hacer llegar el balón a Reyes y Luis García, los principales talentos del equipo de ayer y, sin alas, el Atleti fue el de los últimos tiempos. Ni bueno ni malo ni todo lo contrario. Sólo algún detalle de Reyes evitó el sopor absoluto.

En el vestuario, Aguirre debió recordarles a los suyos que varios se estaban jugando el futuro y Luccin fue el que mejor lo entendió, haciéndose al fin con el mediocampo. Mista, por contra, se pegó un tiro en un pie con su apatía y Braulio le disparó en el otro, demostrando que en esta pequeña batalla la fe está de su lado. La entrada del canterano y de Diego Costa resucitaron a Reyes, que al fin encontró socios a su alrededor.

Zarpazo.

En una de esas, el utrerano levantó la cabeza y le metió un sensacional pase a Diego Costa, cuya perfecta maniobra de control con la diestra y empalme con la zurda sólo lo deslució la manita blanda del Pato. Cuidadito con que Ustari no le haya comido el terreno para Navidades. El gol sacó a la superficie a Diego Costa, hasta ahora un expediente X. El brasileño tiene 18 años y rebosa talento, pero ocupa plaza de extracomunitario y se irá cedido. Al menos ya sabemos que su regreso no es descabellado. Hay futbolista.

El Getafe no se desordenó con el gol, sencillamente se les acabó la gasolina a Uche y Pablo Hernández y el último fogonazo, un mano a mano del nigeriano, volvió a toparse con el enorme Abbiati. Albín marcó en el rechace, pero el árbitro anuló el gol por un inexistente fuera de juego, lo mismo que pasaría después con otro tanto de Diego Costa. Los jueces de línea no entienden de pretemporadas: siempre a lo suyo.

Reyes cerraría la noche con su segundo gol rojiblanco y regalándole la camiseta a la afición. La suya es la conversión más rápida que se recuerda desde la de Saulo de Tarso en san Pablo. Nunca es tarde para ver la luz; la que sea. Y así llegó el final del partido y de las pretemporadas. Ambos han hecho bien los deberes, el año será feliz para Getafe y Atlético. Al tiempo.