Sir Alex Ferguson le dio ayer a Cristiano Ronaldo palo y zanahoria. Por un lado exculpó al portugués tras su expulsión ante el Portsmouth. "Le provocaron y el árbitro no le protegió, aunque eso no debería servir de excusa". Cristiano intentó cabecear a Hughes al final de un encuentro que acabó con un decepcionante empate, el segundo en dos partidos, para los actuales campeones. La roja fue directa y en Inglaterra eso significa una suspensión automática de tres partidos: se perderá el derby con el City el domingo, además de los encuentros en casa contra el Tottenham y el Sunderland. Fergie insistió que el futbolista no debe caer en esas trampas: "Se tiene que dar cuenta que es mejor que los que le provocan y no morder el cebo".

Es la primera expulsión del extremo luso en dos temporadas y su ausencia se unirá a la de Rooney, lesionado con una fractura en el pie. Está siendo un inicio de temporada inesperado para el gran favorito a revalidar el título de liga. Las lesiones del Chelsea, la juventud del Arsenal y los flojos inicios del Liverpool hacían sospechar que el Manchester tenía una ocasión única para alejarse en las primeras semanas de competición. Sin embargo, los de Ferguson han sufrido una sorprendente falta de efectividad frente a la portería contraria. Aunque crean muchas ocasiones, a Ronaldo le falta chispa, Rooney no es el único atacante lesionado (Saha y Solskjaer andan renqueantes) y Tévez, a quien Ferguson imaginaba como un segundo delantero más que un nueve puro, acaba de llegar. Dos empates en los primeros dos partidos de la Premier colocan al United por debajo de los diez primeros.