Copa de la UEFA | Atlético de Madrid 3- Vojvodina 0
El dúo Kun-Forlán promete maravillas
Sensacional exhibición ofensiva del Atleti. Marcaron Maxi, Diego y Agüero. Lució la pareja Maniche-Raúl García. La Vojvodina, un juguete. La UEFA, hecha
La grada del Calderón se frotaba los ojos, mi móvil echaba humo con mensajes de atléticos creyendo que soñaban, yo no sabía qué contestar, Manolete desvariaba a mi vera. Escenas de absoluto desconcierto las que provocó ayer el equipo de Aguirre jugando un partido sensacional, pasando por encima simultáneamente de la Vojvodina y de sus complejos, atacando sin freno, sobrado de recursos. Hoy se desatará la euforia. Como cada verano, dirán. No. Esta vez sobran los motivos. Este Atlético aspira legítimamente a todo y no decirlo no sería de cautos, sería de cobardes.
También hoy se escucharán mil comentarios despectivos sobre Torres, la memoria es frágil y la broma fácil. Será injusta la crítica al Niño, pero totalmente merecidos los piropos a Agüero y Forlán. Con esta delantera, si el Atlético envidia a cualquiera que no sea la del Barcelona estará pecando de ceguera. El capítulo segundo del Kun promete ser una obra de arte. Anoche, los gigantescos defensas serbios no le vieron ni pasar. Por más que lo intentaron, no lograron ni pegarle. Eran trolls persiguiendo a una liebre. Batalla desigual.
El nuevo Agüero ha dedicado el verano a adelgazar su físico y engordar su confianza. Como el talento ya estaba allí, el resultado es un escándalo. La Vojvodina defendía con nueve, pero cuando el Kun agarraba la bola los serbios parecían árboles: cuando se giraban, él ya no estaba allí. Así, esquivando conos con forma de centrales, le regaló el primer gol a Maxi, el que acabó con la ansiedad de 37 minutos de juego brillante pero sin más premio que un gol anulado a Forlán por un inexistente fuera de juego.
Fue justicia poética que fuera La Fiera, el nuevo capitán, quien abriese la lata del partido y de la ilusión en este nuevo proyecto. Su lesión del año pasado provocó, sin duda, el fracaso y la consiguiente catarsis que han desembocado en este Atlético que deslumbró ayer. Por lo que se ve, fue hambre para hoy y pan para mañana.
Y al César lo que es del César. Aguirre, tras asumir que no se puede convertir el fútbol en ajedrez salvo que estés jugando en la Play, se ha sumado a la fiesta. Su apuesta por el doble pivote Maniche-Raúl García salió muy reforzada. El portugués está en una misión de dios, aunque más al estilo de John Belushi con los Blues Brothers que al de un cruzado con yelmo y espada. Más divertido. Si no marcó ayer fue porque Kahriman es un buen portero y porque aún le quedaba algo de penitencia por hacer tras lo del curso pasado. Pero ya la ha cumplido. El portero serbio le sacó cuatro goles y al fin se vio al centrocampista apabullante que brilló en el Oporto y en la selección portuguesa.
Y Raúl García se encargó con éxito de sacar la pelota jugada. mostrando un variado repertorio de pases cortos y largos. Habrá que verle ante rivales más exigentes, pero dio un decidido paso adelante para convertirse en el cerebro que el Atleti tanto ha añorado.
El profesional.
Mientras la promesa del navarro se confirma, el Atlético siempre podrá entregarse a Forlán. Lo más parecido en futbolista a un diabólico cheque al portador con cara de ángel. Nada de lo que hace es inofensivo. Una arrancada suya dio origen al primer gol y luego se encargó de marcar el segundo tras llevarse un rechace. Lo de perdonar, no va con él.
De postre, los dos héroes se juntaron para que Agüero cabecease un centro de Diego y cerrase la eliminatoria. El Kun es una bola de discoteca y el charrúa, una fabulosa lámpara de techo. Uno deslumbra y el otro alumbra, pero con los dos tienes tu salón cubierto para cualquier eventualidad: fiesta o noche tranquila. Un lujazo.
Y tampoco es que alrededor de ellos se amontone la morralla. Ni mucho menos. Ayer Simao, masacrado a patadas, dejó más detalles que otra cosa, pero se las ingenió para provocar una expulsión y un par de ocasiones claras. Y Reyes, que comenzó en el banquillo, fue ovacionado por el Calderón, lo que para un futbolista como él, que necesita sentirse en casa para brillar, es asegurar la mitad de su éxito.
Cierto es que de la Vojvodina sólo se puede decir que jugaba con una camiseta como la del Sevilla, pero que debía ser de los cadetes porque les quedaba ajustadita a todos, pero las inminentes dificultades agudizarán el ingenio. Y este Atlético lo tiene de sobra. Esta vez, soñar no es cosa de ilusos.
Javier Clemente acudió al palco
Javier Clemente, actual seleccionador serbio, acudió ayer al Calderón para ver a la Vojvodina. Clemente aún no ha dado la lista para el partido ante Bélgica del día 22 y tres jugadores del rival del Atlético tienen posibilidades de entrar en ella: los internacionales Sub-21 Kahriman y Kacar y el goleador Despotovic, cuyas opciones han aumentado con la lesión del valencianista Zigic.