Intertoto | Atlético de Madrid 1 - Gloria Bistrita 0
Forlán y el Kun sí son de UEFA
El uruguayo marcó tras un fallo defensivo. Agüero resultó una pesadilla para el Bistrita. Los rumanos fueron unos amigos. Pero el Atleti acabó sufriendo
Bueno, pues el Atleti está en la UEFA. Fue de pena, pero fue más que el Gloria y bastó un solitario y casual gol de Forlán para dar carpetazo semifeliz al horrible curso anterior y afrontar con optimismo el nuevo. Pero queda trabajo por hacer. Mucho. Porque se demostró que el regreso urgente de Forlán y Agüero no era un capricho, sólo ellos dieron la talla, y da pavor pensar en que el resto hubieran sido incapaces de tumbar a un rival cuyas únicas virtudes (la fe, la fuerza física y saber correr en distintas direcciones) poco tienen que ver con lo futbolístico.
El gol fue para verlo. Maxi se lío dentro del área en una llegada clara y el balón se marchaba tranquilamente a córner cuando apareció por allí Rus, que debe significar Galletti en rumano. Porque el muchacho sufrió un cruce de cables de primera magnitud y decidió evitar el saque de esquina despejando hacia el punto de penalti, donde se apelotonaba media docena de jugadores. El balón empezó a hacer carambolas entre pechos y rodillas hasta caer mansamente a los pies de Forlán, que no pudo evitar meterla dentro. Puro teatro del absurdo.
Con la ventaja llegó la calma para el Atlético. O algo parecido, al menos, porque tampoco es plan de ganar un partido sobrados, no vaya a ser que la afición se crea que está en otro campo. Liderados por un Agüero fantástico, los rojiblancos vestidos de azul empezaron a encadenar ocasiones claras. Pablo, Forlán, Maxi, el Kun y Maniche (al palo) rondaron el gol, pero ya se sabe que para el Atleti de rozar a tocar va un mundo y medio.
Y eso que por el Bistrita no quedó. Seguramente sea el peor equipo que ha pasado por el Calderón en los últimos años y, teniendo en cuenta que eso incluye varias decenas de dantescos espectáculos del Atlético, esto es decir mucho. Viendo sacar el balón jugado a los centrales rumanos uno podía llegar a creer que Perea y Pablo son las reencarnaciones de Beckenbauer y Luiz Pereira. Bueno, quizás no tanto, pero casi. Así, los de Aguirre presionaban en la frontal del área y recuperaban el balón una y otra vez como quien le roba un caramelo a un niño. Eso sí, luego se lo devolvían por no abusar. O porque no sabían muy bien qué hacer con él.
Pero de entre la incertidumbre general surgió una certeza absoluta: Agüero es el hombre. Tras un final de temporada donde la gente se puso demasiado nerviosa con él, al Kun el Mundial Sub-20 le ha sentado como quince días en un balneario. Bastante más delgado y con la confianza recuperada tras demostrar que es de largo el mejor juvenil del globo, ayer volvió a ser el talento puro que deslumbró a su llegada: sombreros, recortes, fuerza, imaginación y (casi) gol. Si Forlán, como parece, logra llenar el enorme vacío de Torres, el salto de calidad dependerá del Kun. El descomunal potencial está ahí, en manos de Aguirre está explotarlo.
En el descanso, Telemadrid dio un aviso al Atleti y anunció que emitiría Drácula tras el partido. Doble mensaje: la noche era de terror y los transilvanos son peligrosísimos cuando oscurece. Hasta los que no tienen colmillos, caso del Bistrita. Pero si el rival se empeña en meterte la cabeza en las fauces una y otra vez pues un susto se lleva. El Atleti se llevó varios.
Apuros finales.
A Forlán le duró la gasolina justo una hora, veinte minutos menos que al Kun. Cuando los castigados sin vacaciones reventaron, ninguno de sus compañeros tomó el relevo. Y el Calderón empezó a temblar viendo cómo Tilinca se agigantaba hasta el punto de que es probable que algún equipo superior le fiche este verano. Tras la ida, el Steaua se llevó a Zaharia y si la eliminatoria contra el Atlético es a cuatro partidos, el Bistrita acaba colocando hasta al utillero.
Y si hubiera durado diez minutos más, lo mismo ahora estábamos hablando de drama. Pero el árbitro escocés pitó el final a tiempo y el Atlético, siete años después, vuelve a la UEFA. Por la puerta de atrás y sin ningún brillo, es cierto, pero acaba así una época negra que ahora es gris. Para que recupere el color aún queda camino, pero el paso de ayer era imprescindible. El Atleti está en Europa. Ya era hora.