Primera | Real Madrid
A Schuster le preocupa el carácter de Quaresma
El temperamento del extremo crea dudas para ficharlo
La secretaría técnica del Madrid sigue barajando la posibilidad de apostar por el extremo del Oporto Ricardo Quaresma para suplir la baja de Beckham, como ayer publicó este diario. Sin embargo, hay un inconveniente que está frenando la puja del club blanco por la estrella portuguesa: su fuerte carácter y sus actos de indisciplina.
Los informes técnicos que manejan tanto Pedja Mijatovic como Miguel Ángel Portugal (éste es un enamorado del jugador desde que comenzó a dar sus primeros pasos en el Sporting de Lisboa) son muy positivos, pero sus salidas de tono dentro y fuera del terreno de juego hacen que abunden las dudas en cuanto a la idea de intentar su fichaje. Los dirigentes madridistas basan este pensamiento en dos hechos puntuales que hacen saltar las alarmas. Por un lado, la negativa del seleccionador portugués a convocarle para el último Mundial por pensar también de esta manera y, por otro, que fuera cazado la pasada Navidad en un test de alcoholemia realizado en Lisboa junto al centrocampista del Atlético de Madrid Maniche.
Malos hábitos. Calderón y Mijatovic llevan trabajando desde que llegaron al Madrid para erradicar ciertos vicios adquiridos en el vestuario madridista relacionados con actos de indisciplina (Pedja llegó incluso a decir que en el vestuario de Valdebebas olía a alcohol) y ahora no verían con buenos ojos que nadie, tras lograr la salida de Ronaldo (uno de los señalados), vuelva a burlar el régimen interno con unas formas de actuar que no encajan en la vida de un profesional. Por eso, los saraos flamencos a los que tanto le gusta acudir al extremo (ama la raza gitana porque su madre lo es) no son bien vistos en el club.
Además, hay otro punto negro en la trayectoria de Quaresma que crea dudas. En el momento de dar el salto a un grande como el Barça (en la temporada 2003-2004), el extremo no dio la talla por la presión. En el Camp Nou intentó destacar haciendo la guerra por su cuenta. Pecó de individualista y acabó siendo suplente. Allí sólo jugó de inicio en diez partidos, en los que marcó un gol. El Madrid teme ahora que, a pesar de ser una estrella en Portugal (un campeonato menor), tampoco cumpla el expediente antes las exigencias de la Liga y el Bernabéu.
Bernd duda. Por su parte, Schuster ve con buenos ojos la llegada de Quaresma porque aportaría unas virtudes que sólo Robinho y Reyes poseen cuando juegan en esa demarcación (velocidad, desborde y buen centro), pero en privado reconoce que prefiere jugadores que den más prioridad al juego colectivo que al individual. Faceta en la que Ricardo no brilla. Su temperamento tampoco convence al entrenador, pues ve demasiadas tarjetas para las escasas faltas que realiza. Quaresma ha sido expulsado cinco veces y amonestado en 40 ocasiones en su corta carrera deportiva. La mayoría de las tarjetas han sido por protestar.