NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Primera | Diego Forlán

Dejó el tenis para poder ayudar a su hermana

La raqueta era su deporte hasta que el accidente de Alejandra le instó a buscar dinero en el deporte rey.

Actualizado a
<b>GRAN NIVEL. </b>Forlán demostró sus cualidades ante Ferrero.

Los avatares de la vida hicieron que Diego Forlán, (19-5-1979, Montevideo, Uruguay) abandonara el tenis, su deporte preferido por el fútbol. A la edad de 12 años, su hermana Alejandra tuvo un accidente que le hizo pasar varios meses en cuidados intensivos hasta quedar finalmente parapléjica. El pequeño Diego reaccionó prometiendo a su familia que a partir de entonces encaminaría su vida a convertirse en futbolista profesional para costear la ayuda que necesitaba su hermana. Al chico no le faltaron maestros.

El fútbol era la herencia familiar ya que su padre Pablo había sido un afamado lateral del Peñarol campeón de la Libertadores y la Intercontinental en 1966. Su abuelo Juan Carlos Corazzo había sido también futbolista de Independiente y después seleccionador uruguayo. Entre ambos le insistieron en las ventajas de ser ambidiestro para un delantero y abogaron porque el chico, tras pasar por las inferiores de Peñarol y Danubio, se probara en Argentina en una liga de mayor nivel. La mediación del abuelo fue decisiva para que acabara en Independiente. Debutó en primera con 19 años y en 2001 fue máximo goleador del Apertura. Entonces apareció el Manchester. En enero de 2002, Ferguson pagó al equipo de Avellaneda 10 millones de euros por Forlán. Sin embargo, sus comienzos en Inglaterra fueron duros. Tardó ocho meses y 27 partidos en conseguir un gol con el Manchester. La Prensa inglesa le dedicó apodos como Diego El Triste o le bautizaban como el nuevo Gerry Birtles, un delantero del Manchester que tardó 32 partidos en marcar su primer gol. Van Nistelrooy le cerraba el paso y decidió emigrar. El Villarreal pagó tres millones de euros sin contemplar, acertadamente, las críticas inglesas al jugador.