Ecuador y Perú trasladan su rivalidad a Barcelona

Las derrotas escuecen y los triunfos enaltecen, aquí y en cualquier rincón del mundo, y aunque se trate de un partido amistoso. Perú y Ecuador llegaron ayer a Barcelona para preparar el segundo round de este exitoso Desafío Latino. Los primeros recibieron el apoyo de su afición, unos 30 seguidores que revolucionaron en un momento el aeropuerto de El Prat. "Farfán es el mejor de todos. Ojalá que juegue en España muy pronto, creo que a él le apetece", dice uno de los hinchas. Con un serio Julio César Uribe a la cabeza, la expedición aterrizó a las 12:45 y, velozmente, se refugió en un hotel próximo al Camp Nou. Por la tarde, a las 19:00, se ejercitó suavemente en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. "Hicimos un buen encuentro y ahora tenemos que repetirlo el miércoles", dijo el mejor jugador del primer partido, Jefferson Farfán, el Copito de Nieve negro, según lo bautizó un aficionado.

Los ganadores madrugaron, pero Ecuador aterrizó en Barcelona a las 19:30. No tuvieron recompensa en la Terminal B. Sólo una decena de aficionados les recibieron, aunque seguro que no fallarán a la cita de mañana en el Mini Estadi. Luis Fernando Suárez, el técnico ecuatoriano, no organizó ayer una sesión preparatoria. "Ecuador no se toma en serio los amistosos", aseguraba una aficionada peruana.

El entrenamiento será hoy a las 21:00, instantes después de que Perú finalice el suyo (19:00). Ambos técnicos moverán al equipo, sobre todo el ecuatoriano, enfadado con el rendimiento de sus jugadores en el Calderón. Por ello, claman venganza y mañana tendrán la segunda oportunidad.