El Atleti contra la pared

El Atlético logrará hoy, si no gana al Nàstic, el antidoblete: perderá la UEFA y la dignidad (la que le queda). Mientras él jugaba a que perdieran los demás, el Villarreal jugaba a ganar y ya le ha adelantado. Los rojiblancos hacían cálculos cobardes: basta ganar un partido. Ya no. Ahora son dos. Y acaba la Liga en Pamplona, campo maldito. Echen cuentas.

Al Nàstic le sucede lo contrario. Es probable que salte al campo como equipo de Segunda (si el Athletic y la Real puntúan). Pero su dignidad está a salvo. Los de Paco Flores han luchado como jabatos contra un destino inevitable. Pero sólo merecen elogios. Ya saben, vale más morir de pie que vivir de rodillas. No les digo ya que morir de rodillas. Y no miro a nadie...

Anécdota.

La tarde se presenta rara para el Atlético, con una de esas cosas que sólo le suceden a él. Aguirre suplente en una mesa electoral no viajó ayer. Es improbable que acabe quedándose en Madrid, sobre todo, por el bien del proceso democrático. Con su conservadurismo pediría a cada votante el DNI, el carnet de conducir, el del gimnasio y el de la biblioteca para asegurarse. Colas eternas. Así que llegará a Tarragona a mediodía.

El mexicano, obligado eso sí, recupera a los dos delanteros, seguramente con Agüero como acompañante de Torres. Las dudas entorno al Kun crecen a pasos agigantados y, aunque suenan precipitadas, le vendría muy bien acallarlas por su tranquilidad y la del club, que invirtió 23 millones en un genio que no ha salido demasiado de la lámpara. Nunca mejor que hoy para justificar tal desembolso.

En el Nàstic casi todas las miradas recaerán sobre Portillo, que ha realizado una segunda vuelta que al fin justifica su prestigio. Si los tarraconenses ya descendidos, ganan al Atleti con un gol de Portillo, los últimos ocho días de los rojiblancos habrían sido de alta comedia. Para el resto, claro.

Así las cosas, la cuestión es saber si por una vez el Atlético tendrá el valor necesario para rendir bajo presión. Lleva un par de meses jugando con fuego y, sin darse cuenta, ahora empieza a echar humo por las orejas. No le queda margen. Se buscan héroes no habituales. No basta sólo Torres. Si tantos futbolistas bajo sospecha como pueblan esta plantilla pretenden justificar su derecho a vestir la rojiblanca no tendrán mejor oportunidad que hoy. Ante el colista. Tampoco parece tan difícil.