Santo Domingo respira

Si la crónica del partido de ayer se tuviera que resumir con un clásico de toda la vida, se podría decir que ganó el menos malo, o mejor dicho, el único que lo intentó. El Poli Ejido dio el penúltimo paso hacia la salvación y el Hércules, el enésimo hacia el abismo. Son ya seis partidos sin conocer la victoria y lo peor no es eso, sino la lamentable imagen que ofreció en la cancha de un rival directo en la lucha por la permanencia.

Posiblemente, la peor primera parte de la historia del fútbol fue la que se presenció ayer en Santo Domingo. El Hércules salió al campo aturdido, sin ideas, sin toque y mal colocado. Además, nadie ayer en El Ejido puede jurar que vio a dos jugadores de rojo dar dos toques seguidos. Pecaría. La escena recordaba a la película Space Jam que protagonizó Michael Jordan en la que las estrellas de la NBA perdían todas sus cualidades. Ayer los cracks hipnotizados eran Sendoa, Moisés, Farinós, Carmelo... El Poli, por su parte, tampoco fue el Brasil de los 70, pero por lo menos era consciente de lo que se jugaba en el envite.

Así las cosas, el fútbol premió al que más se lo mereció en el primer acto. El Poli botó un córner, Toedtli cabeceó hacia el centro y tras dos rebotes, el cuero le llegó a un López Ramos que hacía tiempo que no se veía en una de esas. Tras el entreacto, parecía que la cosa iba a cambiar. A los dos minutos, Calandria y Sendoa fabricaron una ocasión que el vasco mandó al limbo. Turiel también se animó. Pero el partido dio un vuelco definitivo cuando Uribe dejó sólo tres defensas para dar paso al indultado Tote. Se la jugó a cara o cruz pero ayer la moneda no podía caer para otro lado que para el ejidense. Víctor Salas aprovechó la superioridad numérica para rematar.

Uribe

Todos tenemos que dar un paso al frente y asumir nuestra responsabilidad. Si soy yo el que se tiene que ir para solucionar el problema, me marcho y arreglado. Me veo con fuerzas de sacar esto adelante y a Botella y a Subirats les he dicho que si soy yo el problema, me voy".

Tapia

Mi reacción ha sido dirigida al público porque lo tenemos casi hecho. Ha sido la confirmación del buen punto sumado en Castellón y ya podemos ser optimistas. La clave del triunfo es que hemos dejado de nuevo la puerta a cero. El bache sólo era de resultados".