El factor Rosaleda

En La Rosaleda, la afición te gana partidos". Son palabras de Jesús Gámez. Son reflejo de una realidad. El factor Rosaleda. El público de Málaga está llevando en volandas a su equipo para evitar un desenlace fatal. Es la rabia contenida del pueblo, incapaz de rendirse a un futuro tenebroso. Ante el Elche fue la última demostración de fe. Casi 30.000 personas acudieron a romperse las gargantas con la única intención de achuchar a los suyos en los instantes más complicados. Si las piernas empiezan a flojear, aparece La Rosaleda para obligarte a un último esfuerzo. Si el rival presiona, el campo presiona más. Y es que el equipo ha entrado en comunión con su gente y se nota en todos los ámbitos.

Se dice con maldad que el estadio se está empezando a llenar por las promociones. Sin duda ha sido un acicate. Pero que más da si desde que empezaron el Málaga no ha perdido. Además, a la gente le puedes regalar una entrada para que vaya al fútbol. De acuerdo. Pero el corazón viene de fábrica y el que se lo deja es por cariño a los colores. Un papel no te obliga a animar y sin embargo se hace. A los rivales ya no les gusta visitar Málaga. Les incomoda, les agobia.

Ya van cinco partidos sin perder en Martiricos. Aunque lo importante es llegar al sexto. Es más, lo que debe llegar es la cuarta victoria consecutiva en casa ante el Vecindario. El colista, ajeno a la presión con su consumado descenso, mira de reojo maletines, mochilas, riñoneras, samsonites blandas y duras... Puede que hasta bolsas de basuras. Es lo que aflora en esta época. Es la primavera. No obstante, ¿hay estímulo mayor que jugarte la vida? Un despiste te puede meter en el hoyo. Lo sabe Muñiz, el vestuario y toda España. Sin margen para errores, el equipo se centra en fútbol y sólo fútbol en su retiro de Estepona. Hasta esta tarde. "Luchando con firmeza / serás el triunfador / por eso con sus gritos / te anima la afición". Profético.

Muñiz recela del Vecindario: "Es un partido trampa"

Muñiz no se fía ni del colista de Segunda, el recién descendido Vecindario: "Estamos haciendo buenos arranques de partido, pero no siempre vamos a tener esa relativa suerte de empezar ganando. Este es un partido trampa porque la gente se cree que todo está hecho y que vamos a ganar porque sí. Este es un partido vital ante un equipo que llega sin presión. No podemos confiarnos. ¿Primas? Vengan con incentivos o no, lucharán por su propia profesionalidad". El técnico asturiano se muestra cauto en cada declaración. Ni siquiera confía en la racha malaguista, que cuenta sus concentraciones prepartido por victorias: "La concentración no te asegura ganar partidos, si no, se concentrarían todos los equipos. Pero los jugadores sí están más tranquilos y pensando en fútbol. Aquí podemos cuidar todos los pequeños detalles y tener charlas más largas con los jugadores".