Primera | Real Sociedad 2 - Atlético 0
El Atleti resucita a Savio y Kovacevic
La Real durmió a tres puntos de la salvación. Los de Aguirre fueron un desastre. Medina, espantoso, expulsó a Luccin y Eller. Las defensas, de verbena
La Real está definitivamente viva. Y lo logró gracias a un rival, el Atlético, especialista precisamente en resucitar a los muertos mientras él mismo cada vez huele más a cadáver. Ayer, en un más difícil todavía, su milagro fue triple. Revivió al equipo txuri-urdin, que se acuesta a tres puntos de la salvación cuando llegó a estar a doce; a Savio, que en verano se volvió a Brasil porque ya no aguantaba el alto ritmo del fútbol europeo y anoche parecía un chaval; y a Kovacevic, un mísero gol en toda la temporada, que abrió el marcador y dio un recital de inteligencia en cada movimiento. Los superpoderes rojiblancos son increíbles.
Fue un partido cómico, como El Guateque en versión futbolera, con unos tipos haciéndolo todo tan mal que el espectáculo resultante era incómodamente divertido, de ese humor en el que se mezclan las risas con la vergüenza ajena y, a veces, cambias instintivamente de canal para no ver cómo hacen el ridículo. Los mejores atacantes de ambos equipos fueron las defensas contrarias, seguramente las dos peores de la categoría.
La de la Real la lideró Ansotegi, al que el Atleti debería fichar para ponerle de enganche: dio a Torres y a Agüero los mejores pases de gol que han recibido en esta Liga. Tan sorprendidos quedaron ambos, que fallaron, claro, porque al Atleti le cuesta más marcar un gol que fichar algún verano, aunque sea sin querer, un mediocentro creativo. Imposible. Pero por los chavales realistas no quedó, desde luego. Sólo les faltó apartarse.
Para no ser menos, la defensa del Atleti dio un espectáculo de similar nivel (subterráneo), aunque más coral. Fracasaron todos. El jugador anteriormente conocido como Pernía sólo acertaba a hacer faltas, Eller era devorado por Kovacevic y Pablo no quería saber nada de aquella cosa redonda que botaba por allí y se apartaba de ella sin disimulo. Aunque el que se fue creciendo fue Perea, que sufrió un ataque de pánico mezclado con daltonismo en la segunda parte, incapaz de distinguir a los de rojo de los de azul.
Entre tanto desastre, la Real marcó a los seis minutos, porque Savio y Kovacevic tendrán 33 años y estarán cuesta abajo, pero han sido mejores que casi todos los demás que intentaban jugar ayer. Y son más listos. El brasileño puso un centro perfecto a la espalda de la defensa atlética y el serbio entró como un jabato, comiéndose a Pernía y amigos como si fueran chanquetes. Una jugada tan sencilla y bien hecha que fue impropia de semejante berenjenal de partido.
Tras el gol, la Real se asustó y reculó y el Atleti... Bueno, pues andaba por allí. Es un equipo al que no le han explicado que sobre el cuello tiene una cosa llamada cabeza. No la usa para nada: no piensa, no despeja y no remata. Así, cada balón colgado de la Real era medio gol, como el cabezazo al larguero de Garrido, o gol entero, como el mal anulado a Kovacevic por inexistente fuera de juego. Si la cosa sigue así, Leo Franco pide la jubilación anticipada en breve.
Expulsiones. El Atleti atacaba por obligación y las ocasiones iban llegando casi sin querer. Que la defensa de la Real se fuese a casa a cero es alucinante. Pero Torres y Gabi tenían la mirilla 20 centímetros desviada y Agüero falló un mano a mano ante Bravo. Parecía que podía empatar hasta que entre Luccin y Medina acabaron con los rojiblancos. El francés llevaba picado desde antes del descanso, cuando el árbitro pitó el final antes de tiempo cortando una contra atlética, y no sabe callarse. Medina, sencillamente, no sabe arbitrar.
Hay colegiados ciegos que no ven nada. paranormales que observan cosas que se nos escapan al resto de humanos, y henchidos de autoridad, como Medina, que son los peores, más pendientes de castigar al que habla que al que pega. Por eso echó a Luccin y Eller en un partido donde otros se liaron a dar patadas. Lamentable.
Ya con nueve, Aguirre arriesgó y metió a Zé Castro por Galletti para amarrar el 1-0. No lo logró. Savio remató una gran acción de Herrera y la Real tiene razones para creer en el milagro. Aunque no siempre se enfrentará contra el Atleti, claro, y eso juega en su contra.
El detalle: Aguirre vio el partido desde la grada
Javier Aguirre vio por segunda vez en lo que va de temporada a su equipo desde la grada. El entrenador mexicano cumplió el partido de sanción tras ser expulsado el pasado domingo frente al Levante. Ignacio Ambriz, segundo entrenador, fue el titular del banquillo rojiblanco. El sustituto del Vasco se mostró tan activo en la zona técnica como lo es habitualmente Aguirre.