Segunda | Las Palmas
Nacho González no quiere ni oír hablar del descenso
Es el único superviviente del equipo que bajó a Segunda
La situación clasificatoria de la Unión Deportiva actual recuerda, salvando las distancias, a la de la temporada 2001-02, de tan infausto recuerdo para la entidad por el descenso a Segunda División que trajo consigo. Aquel equipo fue incapaz de lograr un objetivo que no parecía complicado: sumar un triunfo en las últimas cuatro jornadas. De aquel plantel sólo queda en el grupo actual Nacho González. El argentino, voz por tanto autorizada, prefirió ayer evitar las comparaciones y mentar al diablo: "La sensación que vives es la de ansiedad, tienes el objetivo tan cerca y no lo logras. No se puede comparar esta situación a la del descenso pero si podemos evitar el lanzar el mensaje de que la permanencia pasa por casa".
Centrado ya en el encuentro de mañana, Nacho González aseguró que el encuentro que aguarda en Castalia "es una final más". "El golpe del otro día en casa, con el 0-3, está superado. Ya nos levantamos haciendo un partido bárbaro con el Murcia tras perder en Tenerife y vamos a Castellón ahora con todas las armas preparadas", adujo.
El portero recordó que "el fútbol no sabe de méritos" para explicar que la Unión Deportiva cosechara un tropiezo sin merecerlo y se congratuló de la "revancha" que viene con la cita en el feudo blanquinegro. "No podemos permitirnos el lujo en esta recta final de que nos siga doliendo una derrota más de dos o tres días. Ya estamos a 48 horas del siguiente partido y hay que pensar en el mismo", subrayó.
El argentino, asentado ahora en el once titular, aseguró que tiene buenas sensaciones tras su regreso a los planes del cuerpo técnico: "Llevo siete partidos y estoy tratando de darle seguridad al equipo y de coger ritmo", concluyó.
Vázquez no consiguió el objetivo
Fernando Vázquez dirigió a Las Palmas en la temporada 2001-02. Aquella Unión Deportiva llegaba a las últimas cuatro jornadas del campeonato con los deberes a punto de finiquitar y con el optimismo por bandera. Un sólo triunfo bastaba y sobraba. En la jornada 36 era el Rayo Vallecano el equipo que se alzaba con el triunfo en el Insular (0-2). Siete días después venía una nueva derrota en Pamplona (3-2). Las esperanzas estaban puestas en el derbi. El Insular abarrotado se quedó sin fiesta por obra y gracia de Marioni (0-1). Había que ganar en Anoeta y esperar un milagro, pero no se logró y se bajó a Segunda.