Yo digo | Alfredo Matilla
Michel y la reunión con su sombra
Antes del partido de Lorca, Michel expresó su sorpresa por el hecho de que la gente pensara en el descenso. Pero es inevitable; la actualidad manda. Con esta última derrota, el Castilla ve más turbio su futuro y el miedo al fracaso se palpa irremediablemente. Ayer mereció ganar porque en la primera mitad ofreció su mejor cara de la temporada, pero se durmió y se dejó superar por un equipo mediocre.
Tras el partido, el técnico aún no entendía por qué su equipo está en el pozo de la tabla, pero en la inexperiencia se puede encontrar la clave: en la de los jugadores y en la suya. Más que lamentarse hay que intentar resolver esta fea papeleta y no defender lo indefendible. Ocho de los doce últimos equipos de Segunda despidieron a sus técnicos por los malos resultados y en el Madrid ni siquiera han dado un toque de atención al suyo. Cambiar de entrenador no asegura nada porque la última vez que el filial bajó, en el 97, Sergio Egea fue sustituido por Toni Grande y dio igual. Pero es que ahora no hay ni reprimenda porque Michel, al ser el director de la cantera, es su propio jefe y para que la hubiera éste debería reunirse con su sombra.