Primera | Villarreal 0 - Atlético 1
El Atleti se aferra a Europa con lío
Eller marcó con un rival en el suelo. El Villarreal, sin reacción. Perea lideró a un sólido Atleti. Cambios con miedo de Aguirre. Torres falló un nuevo penalti
No fue ni agradable ni digno de elogio, pero un gol como el que dio ayer la victoria al Atlético tenía que acabar llegando. Tras un córner, Guille Franco cayó dolorido en el área pequeña mientras el balón le llegaba a Agüero en la banda. El Kun levantó la cabeza y no vio al rival caído o decidió no verle, así que no tiró la pelota fuera y centró al área para que Pablo peinara y Eller marcase a placer con el desmayado Franco rompiendo el fuera de juego. Gol válido, ética discutible y el Villarreal indignado. Hasta aquí los hechos innegables, el resto son reflexiones discutibles.
Primero. En vez de comerse al árbitro, que no tuvo culpa de nada, alguien en el Villarreal debería explicarle a Guille Franco, que se levantó segundos después por su propio pie, que uno no se queda tirado en su propio área ni aunque sobre él se lancen media docena de supermodelos en bañador. Con que se hubiera arrastrado un metro hasta fuera del campo, y tuvo tiempo para hacerlo, toda la polémica no existiría.
Segundo. Si Agüero vio al mexicano debió tirar la pelota fuera. No tendría más justificación que la ceguera transitoria por la tensión de un partido. Pero en cualquier caso hay que poner remedio a estas acciones. Minutos antes del gol, Marcos se retorció en el suelo para frenar una contra rojiblanca, el Atleti lanzó fuera y el canterano amarillo se levantó bailando la polka. No es señalarle a él, es que se ha convertido en una treta tan habitual que está en el top tres de mentiras más utilizadas junto a "esto no es lo que parece" y "sí, cariño, tu amiga es feísima". En fin, ¿cuándo la echas fuera y cuando no? Antes o después se iba a montar un lío con esto y fue ayer. ¡Solución ya!
Una lástima que la polémica lo empañe todo, porque el partido fue muy entretenido. Casi diría una bacanal de diversión, pero claro eso es porque tanto ver al Atleti me hace perder las referencias. Se vio que habría espectáculo desde el primer balón que sobrevoló el área de Viera. Parece mentira que, con lo bien que ficha, el Villarreal siga con un portero que sería el mejor reclamo de cualquier marca de tilas. Por cada gran parada (que las hace) regala dos acciones bochornosas. Jamás coge el balón y, como si fuera un saco de estiércol, intenta alejarlo de él con el menor contacto posible. Un número.
Esto, unido a la agradable aparición de Eller en el Atlético, garantizó la emoción en cada pelota colgada al área local. El brasileño ataca cada balón aéreo como mi mejor amigo a cada chica mona: con convicción, entrega, deseo y fuerza. Normalmente, ambos se vuelven igual, magullados y con las manos vacías, pero el espectador siempre les agradece el esfuerzo. Y, antes o después, tiene premio. Antes del dudoso honor del gol, Eller ya había rematado dos veces a puerta con peligro y despejado muchas atrás. Buen fichaje.
Ataque romo. Mientras el Atleti jugaba directo, balones arriba o largos buscando a Torres, imparable en carrera, y a Agüero, muy implicado, el Villarreal tocaba rápido y bien, con los pipiolos Marcos y Matías Fernández demostrando que el mañana ya está aquí. Josico y Fuentes rozaron el gol, pero ésa no era su labor. Era la de Forlán, que ayer estuvo sin estar. Su ausencia (mental) fue aún más sangrante en la segunda parte, donde los locales apenas pusieron en apuros al Atlético más sólido de la Liga.
El partido estaba para que los rojiblancos lo mataran a la contra sin sufrir, pero Aguirre le dio emoción con dos cambios tan valientes como el león de El Mago de Oz. O sea, nada. Metió a Costinha y Pernía por Agüero y Jurado y transmitió un claro mensaje a los suyos: ¡atrás! Y allá se fueron. Por suerte para ellos, el Villarreal tenía menos filo que un cuchillo de comedor de colegio y al frente del Atleti estaba un Perea enorme en su recuperado puesto de lateral.
Aún tuvo tiempo Gabi (notable ayer) de forzar un penalti que falló Torres. Así es la vida: finiquitado un trauma (el Madrid) te regala otro (los penaltis). Pero ya todo daba igual. El Villarreal dijo adiós a Europa y el Atleti se aferró a ella cuando más le urgía. Fue mejor, pero ganó raro. Muy en su línea.
El detalle: Trifulca en el túnel al final del partido
Al final del encuentro hubo una trifulca en el túnel de acceso a vestuarios entre jugadores de uno y otro equipo. Se vivieron momentos de tensión, sobre todo entre Perea y Josemi. El árbitro del encuentro, Muñiz Fernández, protegido por la Policía, permaneció atento a todo lo que sucedió entre los futbolistas. Al final los nervios se aplacaron y el incidente no creció.