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Segunda | Murcia 2 - Ciudad de Murcia 1

Gallardo resuelve el derbi y el Murcia roza el cielo

Aranda y Rafita también marcaron. Gran segunda parte

<b>DE CRACK. </b>Paco Gallardo lideró a un Murcia que tras batir al City se acerca al ascenso. La Nueva Condomina vibró con los murcianistas.
pepe valero

Espectacular. Así fue la segunda parte del derbi murciano y ese es el aroma que nos deja el primer clásico disputado en Nueva Condomina... y probablemente también, el último en un tiempo ya que tras su triunfo el Murcia de Alcaraz roza el ascenso a Primera (está como mucho a cuatro victorias). El gran culpable del extraordinario Domingo de Resurrección grana fue Paco Gallardo. El sevillano fue lo que los ingleses llaman The man of the match (vamos, el jugador del partido). Ya en la anodina primera parte de sus botas salieron las mejores jugadas, pero lo que hizo en la segunda fue de sombrero: un golazo con el exterior, de repente se agrandó su diminuta figura y tornó torera, y luego una asistencia de lujo para el gol de Aranda. Seguro que fue el partido con el que ha soñado tantas y tantas veces en estos últimos tres años largos de frustraciones. Fue en la NC y ante el rival ante el que mejor sabe: el Ciudad de Murcia. Un equipo del que se puede sentir muy orgulloso Quique Pina (el otro protagonista de un derbi marcado por el fair play) ya que supo levantarse tras el 2-0 y vendió muy cara su derrota.

Acostumbrados como estamos a ver-sufrir partidos infumables en la categoría, los segundos 45 minutos del derbi panocho fueron todo un regalo, ya que a los dos zarpazos granas hay que añadir, en esa coctelera imaginaria donde rescatamos lo mejor, el soberbio tanto de Rafita (un misil que si llevara la firma de un galáctico nos hincharíamos a ver por la tele). Además, oportunidades claras para granas y rojillos, fútbol de ataque, emoción, y todo dentro de una deportividad inusual en este tipo de lances. Una oda al fútbol bien jugado que apareció cuando menos se esperaba, en el preciso instante en el que los jugadores desoyeron la rigidez táctica que les llegaba desde los dos banquillos y en la que jugaron sin miedos, sin artificios, sin corsés tácticos, a pecho descubierto, a ganar... para deleite del respetable e imagino para suplicio de los entrenadores.

Nos faltan líneas para recrear las claras ocasiones de los dos tras el entreacto. Un tiempo en el que el Ciudad comenzó llevando el peligro y metiendo elcanguelo en la parroquia local con sendas ocasiones de Amaya y Fragoso (quizás ahí estuvo la diferencia) a las que luego con el marcador en contra siguieron otras dos de Gibanel y Saizar. Los locales también pudieron golear si Aranda y Richi hubieran estado más atinados... pero ya no iba más. Lo dicho, FÚT-BOL del bueno tras una primera parte de imprecisiones en las que sólo un remate de Aranda al palo y un remate de Luque fueron dignos. La espera mereció la pena. El Murcia huele a Primera. El City, no.