Ya amargó al Madrid de Zidane

El gol en el minuto 92 de Rubén Castro al Valencia abrió un profundo debate en Tarragona acerca de si debía o no jugar en el equipo titular. La afición, en la grada y en los foros de internet, pedía a gritos que el canario saliera de inicio junto al enrachado Javi Portillo y el incombustible Antonio Pinilla. Paco Flores dio, por fin, su brazo a torcer, pues entendió que los buenos jugadores deben estar siempre sobre el campo. Y la apuesta no pudo salir mejor en San Mamés: 0-2 y perfecta armonía en el llamado Trío Maravilla. Pinilla asistió a Portillo, Rubén se llevó a parte de la defensa con su desmarque y el de Aranjuez batió por bajo al portero. Hoy, ante el Real Madrid, toda la responsabilidad será para el delantero canario. Algo que, por otra parte, no es nuevo para él. Cuando daba sus primeros pasos entre los profesionales del balón con Las Palmas, amargó la vida al Madrid de Zidane. Fernando Vázquez le dio 26 minutos. Fueron más que suficientes. Desatascó la situación (cuando salió había empate a dos) marcando dos goles. Tarragona le pide que hoy lo vuelva a hacer.