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César Jiménez

"Figo entró buscando hacerme daño"

César Jiménez anunció el miércoles su retirada, dos años después de que una patada de Figo le destrozara la rodilla izquierda en una acción que no mereció ni una tarjeta amarilla para el portugués. En su adiós, el jugador reclama mayor defensa para los futbolistas que sufren una lesión definitiva.

César Jiménez.
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¿Cómo es el día después?

Muchas llamadas. De amigos, de medios de comunicación, de ex compañeros gente que se ha ido enterando con el paso de las horas. Algo más tranquilo, más relajado después del momento de ayer (por el miércoles) y de la rueda de prensa.

¿Le gustaría despedirse de la hinchada en el campo?

Sería bonito. Siempre he pensado que un futbolista debe irse en el campo, aunque sea con muletas o en silla de ruedas.

¿Cuándo decidió dejarlo?

En estas últimas semanas. La verdad es que después de la última operación ya vi que no podía seguir, que me dolía y me dol no acababa de quitarme las muletas así que dije, bueno, vamos a decirlo ya y a acabar con esto. La cabeza bien alta y a otra cosa. No hay más remedio.

¿Qué momentos han sido los peores en estos dos años?

Para mí, la recaída. Cuando me dijeron que tenía otra vez roto el cruzado y me di cuenta de que debía volver a empezar desde el principio. Llevaba un mes entrenando, estaba a gusto, no sentía nada, ningún problema Hice un giro como otros mil giros que había hecho y, zas, saltó otra vez el ligamento. Y luego el instante en que hay que meditar y decidir la retirada. Esos instantes fueron los más amargos. Hay días en que no quieres ni ver a nadie, otros en los que estás más simpático. Algunas veces te dan ganas de mandarlo todo a la mierda y dejarlo. Pero luego dices: no tengo otra alternativa que seguir. Así que adelante. Y sigues.

¿Demasiada soledad?

He hablado con mucha gente que ha pasado por esto: César Láinez, Narciso Juliá... Pero por mucho que te digan, tienes que pasarlo tú solo, un día y otro.

¿Recuerda la jugada?

La he visto muchas veces. Es un balón dentro del área. Yo me tiro porque Figo viene de lejos y trato de pegarle a la pelota con la izquierda para meterla dentro del campo. A él lo veo venir con la plancha por delante, pero yo miro la pelota y sólo veo que se tira. Nada más. Luego, en la televisión, dije: '¡Madre mía!".

¿Sintió la gravedad en el mismo momento de la entrada?

Sentí un golpe. Pero no un golpe que me hiciera pensar en que me habían roto la pierna Sobre todo, un vacío. Al ponerme de pie, sin andar y sin nada, vi que la pierna me hacía así, buf, buf (César hace un gesto bamboleando las manos a los dos lados), y vi que no tenía fuerza en la pierna. La rodilla no duele, pero no te sujeta y ves que algo hay y dices: 'Coño, si no puedo ni andar'. Así que pidieron el cambio. Cuando llegué a la banda quise salir otra vez, pero ya vi que no podía.

La violencia de la patada combó la rodilla hacia fuera, cuando lo normal es que se rompa hacia dentro, y eso cambió todo.

Al romperse hacia fuera y desplazar también el lateral externo, la rodilla se queda mucho más inestable. Eso aumentó la gravedad e hizo que no fuera una rotura de cruzado normal.

¿Fue una disputa del balón?

No, no, ni mucho menos. Figo viene con la plancha por delante y levantada No sé si estaba picado por alguna jugada anterior o algo. No sé. A ras de suelo no hubiera pasado nada, pero me cogió la rodilla y fuera.

¿Y la decisión de Losantos?

Estaba ahí, enfrente, a cinco metros de la jugada y... no sé. Si tiene que sacar una tarjeta es roja. Parece que ve la intención de la patada pero se acojona. Aunque eso ya es lo de menos.

Lo de menos, pero increíble.

Sí. Figo se fue sin expulsión, sin partidos. Si por lo menos hubiera actuado algún comité Me dijeron si quería denunciar. Yo denunciar no, pero los comités podrían haber entrado de oficio. Una vez que a mí me ha fastidiado, si tiene que pagarlo, que lo pague Ahora, yo no puedo decidirlo.

¿Debería el fútbol generar algún mecanismo para defender a los futbolistas lesionados así?

Desde luego. De alguna manera se debería compensar al que lo sufre y castigar al lesionador, porque te quitan tu carrera. Esto ya es corto, y si te lesionan, aún más. Hay formas y formas de lesionar, algo se debería hacer.

Siete meses a un jugador por un puñetazo en una pelea y nada para el que echa del fútbol a otro con una patada alevosa.

Claro. Cuando hay casos así de claros, debería hacerse algo.

¿Los futbolistas saben cuándo van a hacer daño?

Por supuesto. No es que uno vaya a hacerte algo a ti en concreto, pero sí que por algún motivo, por alguna circunstancia del juego, quiere hacer mal a algún contrario en ese momento.

¿Figo fue a hacerle daño?

Yo creo que sí. Ir con esa plancha por delante y a la altura que entró, no es normal. Hay maneras y maneras de entrar.

¿Aún siente rabia?

Yo creo que aún me tiene que llegar. Ahora sigo en una cierta normalidad, estoy con el equipo, hago un trabajo de recuperación. Lo fuerte me vendrá en verano, cuando vea que ya no voy a la pretemporada y tenga que cambiar mi forma de vida. Entonces me daré cuenta de todo.

¿El tiempo ha empeorado su impresión sobre Figo?

No, yo no soy nada rencoroso. Él se equivocó, la acción fue muy fea. Y nada más. Lo que me jode es que me ha retirado del fútbol. Los años que llevo así y los que me voy a perder.

¿Cuándo dejó de llamarle?

Vino al principio pero luego, nada. Cuando se fue a Italia me llamó y me dijo: "Que me voy a Italia". Y ya está. No hay más historia no va a estar llamándome cada semana. Yo lo comprendo. Si lesionas a alguien, ¿qué tienes que hacer? ¿Estar llamándole todos los días? Al final el otro dice: 'Joder, encima de que me lesiona me lo recuerda cada día'.

Es triste pero es así.

Claro. Si a mí me pasara, no sé. A lo mejor llamaría de vez en cuando, pero también piensas: ¿Querrá éste hablar conmigo después de lo que le he hecho?

¿Habló con Figo después de la jugada, en el campo?

Al descanso, cuando me iba al vestuario para que me miraran bien, Figo se dirigió a mí y me pidió perdón. Yo le recriminé que me hubiera entrado con los tacos por delante en una jugada absurda como esa. Eso fue todo.

Ese partido era su oportunidad tras dos años de cesión: el primer día como titular y en el Bernabéu, donde usted se formó.

Claro. El Zaragoza había apostado por mí y después de cuatro meses tenía la oportunidad. Se truncó todo en sólo 20 minutos.

¿Se llega a aceptar algo así?

Tienes que aceptarlo, no queda otro remedio. ¿Qué vas a hacer? ¿Pegarte un tiro?

¿Qué recibe un jugador en esa situación de sus compañeros, durante tanto tiempo?

Bueno, ellos están pendientes del fútbol, que no para, de los partidos, del domingo Hay quien se preocupa más y quien se preocupa menos, es normal. Todos te preguntan cuándo vas a volver, qué tal vas, todo eso. Pero al final uno está solo la mayor parte del tiempo. Solo y con el fisio. Michel Román ha sido, más que mi fisio, casi un psicólogo, como yo le digo. Siempre ahí, cuidando, hablando, animando, como un psicólogo.

¿Y a partir de ahora?

Ya veremos, eso es lo que hay que decidir. Quedarme en Zaragoza, volver a casa ¿Seguir en el fútbol? Ojalá, pero aún no sé de qué. Estoy mirando los cursos de entrenador, ya veremos. El club me ha prometido toda la ayuda que necesite.

¿Desde cuándo lleva jugando al fútbol?

Lo he hecho toda la vida. En mi barrio, en el Real Ávila, y con 14 años fui a la selección de Castilla-León. Con 15 me fichó el Madrid. Estuve allá cinco años, tres en juveniles, en el Madrid C y en el B. Y luego me vine a Zaragoza.

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Muchos años jugando al fútbol y se ha perdido lo mejor.

Cuando ocurrió la lesión tenía 27 años, era el momento de la madurez de un futbolista, el momento de asentarme y jugar esos años buenos. Con lo difícil que es llegar y mantenerse... Yo quería disfrutar estas temporadas, crecer como futbolista y con el equipo, ver a dónde podía haber llegado. Pero Vaya mierda. Ahora, a hacer las maletas y para casa. Sólo me queda resignarme.

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