Palop activó el milagro

Copa de la UEFA | Shakhtar 2 - Sevilla 3

Palop activó el milagro

Palop activó el milagro

morenatti

El portero provocó la prórroga con su gol en el 94'

Partido con honores de final, con intercambios de golpes frenéticos, con una lección de orgullo y corazón sevillista, con la rabia del grande que se resiste a morir en la orilla, con la hazaña como protagonista y la épica y el gol más deseado en todos los sueños de los aficionados. Cuando el campeón había gastado toda su munición, después de lanzar múltiples ráfagas de fusilería sin acertar en el enemigo, apareció la figura majestuosa de Palop. Último suspiro, última bala, minuto 94. Alves lanzó un córner y, entre una nube de jugadores, se alzó el corazón, el ímpetu y la profesionalidad de Palop. El portero concretó un extraordinario remate de cabeza. El Olímpico de Donetsk enmudeció mientras que el banquillo sevillista besaba las estampas de todas las Vírgenes de la ciudad. Se hizo el milagro. Bendita prórroga.

En un segundo, el Sevilla se olvidó de los errores de la ida y de la injusticia sufrida durante todo el encuentro. El destino había sido muy duro con el campeón. Pero sólo este juguetón destino sabía la gloria que le preparaba. El equipo firmó una primera parte de fútbol valiente, dulce y salpicado por más de una decena de ocasiones clarísimas de gol. Kanouté, Luis Fabiano, Adriano, Maresca, Alves.., todos tuvieron sus opciones. El Sevilla lo intentó por un lado y por otro. Tirando de la velocidad de Adriano, del regate de Alves, de la presencia ofensiva de Maresca, del fútbol directo en busca de Kanouté. Lo hizo todo, pero sin recibir premio alguno. El Shakhtar se limitaba a disfrutar con el paso del tiempo y la frustración pareció apoderarse de los sevillistas.

Con ese sentimiento comenzó el segundo periodo. Y muy pronto, la impotencia se convertiría en drama con la inyección de veneno que Matuzalem le metió al Sevilla imitando el famoso remate de Higuita. Aquel con el que Hugo Sánchez siempre soñó. Un golpe mortal para cualquiera menos para el Sevilla. Este equipo se mueve con el corazón de un tigre y la fortaleza de un elefante. Su fe es envidiable y siguió y siguió... Minutos después, Maresca volvía a igualar el asunto y daba la oportunidad de empezar de nuevo. Fue entonces cuando la precipitación castigó con dureza a los sevillistas. Con todo un mundo por delante, Juande desajustaba el equipo con los cambios. Chevantón por la derecha era un desastre y Luis Fabiano y Kanouté no escapaban de la ineficacia. El drama acechaba, pero en Ucrania nadie contaba con el alma guerrera de este Sevilla GRAN-DE. Palop se lanzó al ataque en busca del milagro, por su hijo hospitalizado, por los sevillistas que se comían las uñas con pasión. Un cabezazo de fe y esperanza. Quedaba rematar la hazaña. Juande reorganizó el equipo y Chevantón enterró sus tropiezos. La fe obró el milagro. Paso al campeón.