Empate de mérito y lucha

Los abrazos de los jugadores de Lucas al final del encuentro hablaban por sí solos. A los grana, a los futbolistas, el puntito de Mendizorroza les supo a victoria ya que dudo mucho que cuando se retiraron del cuidado césped vitoriano (un campo sin alma y en permanente cabreo por culpa del que todos sabemos) los de Alcaraz tuvieran conocimiento de la derrota del Cádiz y por ende de que, con una jornada menos por jugarse, es un puntito más el que tienen los grana respecto al cuarto clasificado.

Me da que lo que festejaban, casi aliviados, era que al pitido final el Alavés, y eso que lo intentaron los locales hasta el 95', no fue capaz de volver a perforar a Notario. De hecho el guardameta de Mataró sólo 'dobló el espinazo' tras el penalti inexistente que Piñeiro Crespo 'regaló' en el arranque a los albiazules y que Aloisi transformó en el 1-0, en el primer revés de una tarde, otra más y van mil, en la que el Murcia supo sobreponerse a la adversidad de un gol en contra.

Imaginen ustedes, en cualquiera de sus oficios, el bajonazo de preparar con esmero un trabajo (al fin y al cabo un partido en esta gris Segunda es lo más parecido a una jornada de oficina) y de ver como un juez, en este caso un árbitro, la pifia como lo hizo el asturiano. La pelea de Cuadrado y Aloisi tras centro de De Lucas la transformó en pena máxima. Tocaba tarde heroica de nuevo.

Lejos de venirse abajo, cualquier otro equipo sin fe lo hubiera hecho, el Murcia tiró palante. Un disparo de Bruno (no fue su día) y otro de Richi precedieron al gol de Iván Alonso. El de siempre se aprovechó de un servicio de Pedro León, y de un resbalón de Mateo, para batir a Porato. A los alaveses, debe ser por la falta de autoestima, les dejó tocados. Sólo De Lucas (¡talento!) llevó peligro antes del descanso. La primera mitad fue grana. Aranda tuvo un par de oportunidades, Abel lo intentó y también Iván... pero sin puntería.

A su estilo, sin tener ni demasiado control en la media ni demasiada precisión, el Murcia parecía mejor, pero tras el entreacto todo cambió. Después de un cuarto de hora en el que los dos conjuntos jugaron al paso (¡literal!), el Alavés, con un Ángel muy activo, con Elton y Astudillo barriendo en el centro del campo y con De Lucas y Ogbeche generando peligro, metió atrás al Murcia. Del Moral tuvo la ocasión más clara pero Notario estuvo en su papel. El Alavés era mejor y los de Alcaraz, conscientes de que el gol estaba más cerca para los locales, aguantaron el tirón.

De ahí el mérito y currado triunfo de un Murcia que se acerca, con su puntito y el pinchazo amarillo en Castellón, un poco más a Primera. De ahí los abrazos granas al término del partido en Mendizorroza. Un festejo que les delata. El ascenso, más cerca.