Iván Alonso aleja al Hércules y acorta el camino a Primera

Muchos lunes, el aficionado al fútbol, incluso el que va al campo y lo ve con sus propios ojos, acude a las crónicas de los partidos para ratificar sus creencias, para engordar sus argumentos en las victorias o para encontrar justificación a la hora de rumiar las derrotas. Probablemente hoy los murcianistas que acudan a AS, buscarán más la clasificación que el relato de lo que fue el choque; casi seguro los herculanos se agarrarán a las oportunidades falladas por los suyos para sobrellevar mejor la distancia que el Murcia le ha metido a su equipo en la carrera por un ascenso que ya se empieza a festejar en Nueva Condomina.

El partido de ayer deja como gran verdad el triunfo de los de Alcaraz y no expone todo lo que sufrieron los locales. Con su estilo, con un acierto pleno de cara al marco de Falcón, con toneladas de sacrificio y con una buena dosis de esa estrella que siempre ilumina a los campeones, ganó el colíder para confirmar sensaciones que ya avanzan que el Murcia huele a Primera y que el Hércules, no. Dicho esto, y valorada la efectividad de los grana en general y de Iván Alonso en particular, también aparecen otras verdades en el horizonte.

Verdades demostrables como que los de Uribe tuvieron más la pelota; como que dispusieron, cómo mínimo, de tantas oportunidades de gol como los locales, como que Moisés en dos ocasiones (una al palo) pudo decantar la verdad de su lado... Pero como tantas veces este año, salió grana.

Quizás por necesidad, o por sorprender, Uribe planteó batalla desde la osadía. Metiendo a futbolistas atacantes como Piti, Tote y Moisés de golpe, pero fue el Murcia el que marcó distancias en una jugada en la que Antoñito sirvió, la defensa del Hércules leyó mal el fuera de juego e Iván la clavó. Mucho premio para los locales que, en otro momento Alonso, encarrilaban un partido que hasta entonces era un horror. Desde ese momento los alicantinos tomaron el mando y la pelota. Mientras la grada estaba mirando insistentemente el marcador, De los Santos y Ariel empezaron a mover la pelota.

A la fiesta se sumó en el segundo periodo Tote ... pero en otra aparición, Iván (tras fallo de Urbano en el despeje), firmó un gol que le define. Un tanto de fe, de derribar paredes que acabó con el charrúa incrustado en las mallas.

A la contra, cediendo la posesión (o quizás sin ser un acto volitivo) el Murcia parecía que 'mataba el partido'. Con NC resoplando y festejando, Piti metió, con su auténtico golazo, al Hércules en el partido. De nuevo, los nervios y el sufrimiento al ver como los blanquiazules llegaban y de nuevo... otro gol murcianista (Aranda sentenció de penalti) para marcar distancias. Bruno tuvo el cuarto, Sendoa, el segundo, pero ya nadie más acertó. Murcia se acerca a una Primera que se aleja de Alicante.