Segunda | Castilla 0 - Numancia 0
Un Castilla sin puntería
De nuevo el gol se le resistió ante un rácano Numancia
Hace meses fueron los árbitros y las bajas, ayer la falta de puntería y mañana quizá se recuerde la bisoñez del Castilla para justificar su preocupante situación en la tabla, pero lo cierto es que las jornadas se consumen y el equipo de Michel no da un golpe de autoridad que le aleje del fango. Ante el Numancia mereció mejor premio porque fue el único equipo que lo buscó, pero las lamentaciones no puntúan.
El once madridista era el idóneo para superar, y nunca mejor dicho, la defensa numantina que Goikoetxea puso sobre el tapiz, pero se erró en la disposición de sus piezas. Y es que el filial juega con un exceso de mediocentros, de los cuáles varios están abocados a desplazarse de su posición habitual semana tras semana con un resultado ineficaz. Con Valero o Adrián pegados a la cal, y por su naturaleza, el juego carece de profundidad por ambos carriles y cuando ésta se consigue no se sabe aprovechar: falta el uno contra uno o los centros precisos, una tarea básica en cualquier extremo que ansíe ser profesional.
Reñidos con el gol.
Sólo Negredo parece saber a qué juega, aunque el gol le siga dando la espalda. El ariete se faja, busca los huecos, cae a las dos bandas, se ubica en el corazón del área cuando el balón ronda su posición y goza de ocasiones. Su premio ya llegará. En su ayuda emergió la figura de Mata, aunque con demasiada intermitencia, así que el equipo lo sostuvo la seguridad defensiva, la cordura de Granero y la movilidad de Valero. De la Red, una vez más desde que el club le prohibió volar a Primera, inédito. Igual el día que coincidan la fortaleza atrás y el acierto goleador la victoria no se resistirá pero, de momento, ambas circunstancias se repelen. Lo uno o lo otro.
Sin extremos puros en el equipo, el prehistórico planteamiento del Numancia fue un éxito, aunque el fin no justifica los medios. El fútbol made in Goikoetxea fue horroroso. Los sorianos despreciaron el balón, evitaron el ataque y se refugiaron en su campo. Sólo Moreno puso alguna pincelada de calidad en uno de los aspirantes al ascenso más rácanos que se recuerdan, aunque su mérito sea infinito (sigue en la elite a pesar de que Soria es la penúltima provincia de España por población con casi 40.000 habitantes). Los saques a balón parado de este antiguo integrante de la última plantilla de Cruyff en el Barça hicieron mucho daño. Aunque el único.
El Castilla rozó el gol en cuatro ocasiones, pero Negredo con dos cabezazos, Mata de volea y Javi García de puntera marraron. Bolo pudo conseguirlo para el Numancia cuando se quedó con diez, pero antes de golpear se desvaneció. Él jura que fue penalti, pero nadie lo vio. Una excusa más. Pretextos que no aseguran éxitos. Sólo consuelos.