Gustavo Nery realizó en la mañana de ayer su primer entrenamiento con el Zaragoza, rodeado de la lógica expectación por la llegada de un nuevo futbolista y con la incógnita de saber si estará en condiciones para que Víctor cuente con él frente al Mallorca el domingo. El brasileño dejó apenas varias notas de calidad que anuncian a un estupendo jugador, fluido con la pelota, que le va a dar al equipo una salida muy nítida por la izquierda, pero hasta el viernes o sábado no quedará claro definitivamente si el titular en el puesto de Juanfran será él o bien Agustín Aranzábal, el otro lateral zurdo con el que cuenta la plantilla.

Un primer entrenamiento deja más sensaciones que juicios absolutos. Ahora mismo no se puede hacer ninguna hipótesis, salvo ésta: si Nery está bien, jugará Nery. Ayer el técnico se quedó bien satisfecho con en el primer día de trabajo del futbolista brasileño. También Miguel Pardeza y Pedro Herrera estuvieron en la Ciudad Deportiva y compartieron esas primeras impresiones.

Trabajo físico.

Nery pasó la mañana de la mano de Ewerthon, quien después lo llevó al aeropuerto para recoger las maletas que le perdieron en el vuelo a España. El entrenamiento tuvo buena parte de trabajo físico y gimnasio, y sólo un ratito de partido en un campo reducido. Entre lesionados (Sergio, Aimar, Cuartero, Celades, César Jiménez) e internacionales (Piqué y los hermanos Milito), el grupo anda muy adelgazado estos días. El brasileño no está aún en su punto, claro, por la relativa inactividad antes de dejar el Corinthians y porque apenas llevaba 24 horas en Zaragoza cuando se vistió de corto. En Brasil se le tiene más por un jugador de fuerza que por un virtuoso. Esa apreciación varía a este lado. Nery la toca y la toca muy bien.