Primera | Athletic
Estudian alegaciones al acta de Daudén
El club no encuentra imágenes de la agresión al juez de línea
El Athletic estudia no quedarse con los brazos cruzados ante el acta de Daudén Ibáñez, que le pone en aprietos de cara a las decisiones que tomará hoy el Comité de Competición. Ibaigane se plantea presentar alegaciones al documento arbitral, porque no termina de encontrar lógica a la redacción de varios de los incidentes que reflejó el colegiado aragonés. Por ejemplo, nadie tiene constancia de la agresión al juez de línea con una lata de coca-cola, que según el ex internacional fue en el minuto 89. El Athletic buscaba ayer imágenes de la acción. Sorprende que ni el ayudante ni el propio Daudén no detuviesen el juego o hiciesen costar la agresión al delegado de campo. Resulta curioso, además, que se reflejasen lanzamientos de comida, algo que sucede jornada tras jornada en los campos y rara vez se hace constar. Aunque no esté bien, ni mucho menos, se trata de un incidente menor.
Lo que empieza a preocupar seriamente al Athletic es el asunto de los petardos. Ya se sabe que en su día se armó mucho ruido con el que cayó cerca de Falcón y Molinero, en un partido en San Mamés ante el Atlético que terminó empatando Orbaiz en el minuto 95. El que explotó al borde del terreno de juego de la portería que ocupaba Aranzubia, y que Daudén refleja en el acta, no hizo peligrar la integridad de los futbolistas. Aunque no es, como queda claro, la primera vez que sucede y habrá multa. No hay, ni mucho menos, peligro del cierre de San Mamés, aunque tal y como van los resultados, quizás le convendría a los leones jugar fuera.
La actitud de Daudén en el partido está claramente en entredicho. Dos gestos delatan su actitud sobre el terreno de juego. En uno de ellos, en el agarrón de Arzu a Llorente en el vértice del área grande, el turolense pareció ir decidido a señalar el penalti y luego se echó atrás, convirtiendo la acción en falta en ataque. Más sangrante si cabe resultó un gesto de complicidad con el propio Arzu, en el que Daudén vino a recriminarle que ya bastaba de agarrar en el área después de una de las acciones punibles.
El trencilla aragonés se cebó especialmente con Urzaiz, a quien precisamente anuló en su día un gol legal de chilena frente al Real Madrid en San Mamés. El tudelano no es de los que se quejan sin razón y salió muy enfadado y dolido de varios saltos a cabeza con los centrales béticos. Sin embargo, como es habitual en él, fue el primero en correr la cortina en la zona de vestuarios. Es de los que cree que quejarse no conduce a grandes beneficios.