El gol esquiva Martiricos

El Málaga fue incapaz de abatir al Castellón, equipo serio, trabajador y de Segunda. Porque Moré y los suyos saben lo que es esta categoría y se lo enseñaron ayer a los blanquiazules. No es cuestión de merecer tal o cual resultado, es cosa de saber a lo que se juega, de dar con tu estilo. Y Muñiz está buscando el de su Málaga, que lleva un par de semanas tratando de disfrazarse de conjunto de ataque, capaz de llevar la manija y el tempo de un partido. Eso está muy bien, sobre todo para el público, al que divierte más un juego alegre. Pero entretiene más ganar y este Málaga no lo hace. Salva es el único termómetro válido, porque es el que remata la faena. En días como los de ayer, grises para los cazagoles, sin extremos sirviendo cabezazos, el empate a nada es la lógica. El Málaga mejora alguna mala sensación del pasado reciente, pero quizá no quede tiempo para cazar a los de arriba. No a este ritmo.

Muñiz apostó de entrada por un once con cierto cariz ofensivo, al menos, más ofensivo que el de sus inicios. Y también lo llenó de caras nuevas, de frescura, de cantera. Hasta cinco hombres de la casa. Silva, Jesús Gámez, Armando, Perico y Francis. Todo ello aderezado de cinco veteranos y Jonatan Valle. El cántabro cada día está mejor pero le falta el gol. Como al Málaga. Casi sin respiro para asentarse en el césped, el Castellón recibió las acometidas de Jesús Gámez y Salva. No serían los únicos sustos para Oliva, sobrio y acertado bajo palos. Más tarde Sandro y Jonatan le probaron con dos faltas directas. El Málaga dio la sensación de llevar la iniciativa, con movilidad entre líneas, pero nunca encontró a Salva en las posiciones donde hiere de muerte. Y de eso también tiene mucha culpa Moré. Porque los castellonenses no vinieron a Málaga a pasar el rato. El Castellón jugó sin excesos. Supo presionar muy arriba, lo que dificultó la salida de balón de los blanquiazules. Atacó sin perder el orden y casi obtuvo el botín soñado con un par de acciones de Natalio que frustró Arnau. Con el mismo mensaje se entró en la segunda fase del choque y Natalio casi rompe las tablas. El Málaga empezó su acoso -término matizable-, pero las ocasiones no iban acompañadas de precisión. Salva, Sandro, Edgar Sin embargo, la mejor fue de Mario, con una vaselina que se marchó rozando el larguero. Después Moré se acorazó como pudo, esperando poco más que el silbido final del árbitro.