Nadie quería decirlo pero una victoria ante el Chelsea volvía a colocar al Liverpool en la lucha por el título. Y se produjo tal y como le gusta a Benítez: el plan se ejecutó a la perfección y no se cometieron errores defensivos. Se ganó al Chelsea por primera vez en Liga desde la llegada del preparador español y se hizo con contundencia y rapidez: dos goles tempranos de Kuyt y Pennant (con un gran lanzamiento desde fuera del área) dejaron las cosas imposibles para un Chelsea que sufrió en exceso las ausencias de Terry, Carvalho y Makelele.

Mourinho se tuvo que inventar una pareja defensiva (Essien y Ferreira) en la que el segundo casi suplió a Carvalho: se quedó en Calvario, fatal. Pero los problemas van más allá: Ballack no hizo daño y se acabó inmolando, Drogba solo no puede contra once y con Shevchenko ni se cuenta, ni se contará. Cech, con casco, no es el coladero de Hilário, pero tampoco lo puede parar todo.

De repente, todo lo que Benítez ha ido haciendo en las últimas semanas empieza a tener sentido. La victoria ante el Chelsea justifica los débiles once utilizados ante el Arsenal en Carling y FA Cup: y es que el Liverpool aún opta a la Liga.

El Arsenal, contra su bestia negra: Larsson

Arsene Wenger volverá a encontrarse con su pesadilla. Alex Ferguson está pensando en darle la titularidad a Henrik Larsson para acompañar a Rooney y sería el reencuentro entre el preparador del Arsenal y el futbolista que ayudó al Barcelona a darle la vuelta al marcador en la final de la Champions con sus dos asistencias. Pero el partido adquirió connotaciones nuevas tras la derrota del Chelsea en Anfield. El Arsenal, que pierde por sanción a su capitán, Gilberto Silva, está a 15 puntos del United y necesita la victoria para rescatar una temporada que está siendo de transición y donde los éxitos están más cerca en las competiciones de Copa (semifinales de Carling y octavos de la FA Cup y Champions). El Manchester, por su parte, podría dejar al Chelsea a nueve puntos si vence en el Emirates.