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Primera | Real Madrid

EE UU le ofrece a Beckham glamour, pero poco fútbol

Pésimos campos, técnicos mediocres y estrellas a la baja

<b>ICONO PUBLICITARIO. </b>El marketing llevó a Beckham a Nueva York, donde debía marcar gol en una portería flotante sobre el East River.
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Estados Unidos puede ser el futuro para David Beckham si decide salir del Real Madrid. El inglés llegaría a una Liga de baja calidad como la MLS: pésimos campos, entrenadores de segundo nivel y equipos rellenos de jugadores locales con estrellas de baja categoría de origen latino incapaces de triunfar en Ligas vecinas como las de México o más lejanas y competitivas como la argentina o la chilena.

¿Quiere realmente Becks jugar en la humedad de Houston, en la altitud de Denver o en el medio estadio vacío de Kansas City un miércoles por la noche ante 20.000 espectadores en la grada y 100.000 por una cadena de cable desconocida? ¿Y desea dejarse las rodillas en los campos sintéticos que tanto abundan en esta parte del mundo?

Que no haya apenas brasileños en la MLS es una prueba de que los del jogo bonito repudian un estilo futbolístico en el que prima correr mucho, los patadones, pensar poco y viajar muy a menudo en avión cruzando de lado a lado el país.

Más allá de las consecuencias deportivas, si Beckham cruza el charco tendrá garantizados muchos contratos publicitarios con marcas de refrescos, bancos, estudios de Hollywood, cadenas de televisión, empresas de Internet y telefonía...

Ley Beckham. La MLS aprobó en noviembre la "regla Beckham" que permite a los 13 conjuntos de la Liga fichar a una superestrella y que su salario suponga 400.000 dólares de los dos millones de presupuesto de los clubes. El presidente de la MLS, Don Garber, ha convertido a Becks en su gran objetivo. "Sería maravilloso traerlo".

Los clubes más atractivos para él son los Red Bulls de Nueva York y los Galaxy de Los Angeles, las dos ciudades reinas en la publicidad. Pero tienen inconvenientes: en la Gran Manzana prima la población irlandesa, que no serán simpáticos con el inglés y, además, Beckham deberá valorar si quiere ser el favorito del aficionado latino y poco pudiente que acude a los partidos de los Red Bulls. Lo mismo le sucederá en los Galaxy, donde la afición es mexicana.

La MLS debe apostar fuerte por el jugador del Real Madrid para convencer a la audiencia yankee de que el soccer tiene futuro en el país. Pero para eso debería enviarlo a algún equipo con mayoría de espectadores estadounidenses como Utah o Nueva Inglaterra, lugares que publicitaria y comercialmente no interesan al astro inglés.