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Primera | Real Madrid 0 - Recreativo 3

El Bernabéu llora goles

El recuerdo a los cuatro aficionados del Recreativo fallecidos en un accidente de tráfico cuando viajaban a Madrid marcó el desarrollo del encuentro que el Recreativo no quería disputar por respeto a las víctimas.

<B>RECUERDO.</B> Los seguidores del Recreativo fallecidos en accidente fueron recordados antes del encuentro.
RECUERDO. Los seguidores del Recreativo fallecidos en accidente fueron recordados antes del encuentro.REUTERS

El fútbol es un pretexto para la diversión, la fiesta y la alegría, una excusa para ser feliz y para alejarse de los problemas cotidianos. Sin embargo, en esta ocasión fue el responsable indirecto de una desgracia, de una tragedia que golpeó con dureza y sin piedad al Recreativo de Huelva y que costó la vida a cuatro seguidores que viajaban a Madrid para ver a su Recre y nunca llegaron a su destino. Es en estos momentos cuando uno reflexiona, sitúa el fútbol en su verdadera dimensión y relativiza problemas que antes parecían enormes y ahora no pasan de simples anécdotas.

Por eso se hace muy complicado hablar de lo que sucedió en el Santiago Bernabéu, que recordó a las víctimas con un respeto y una emoción que hacía tiempo que no se veían en un estadio. Las lágrimas ahogaron esta vez los gritos de ánimo de un partido que se jugó con un nudo en la garganta. Uno no sabe si el mejor homenaje a los fallecidos fue disputar el encuentro o si hubiera sido más acertado suspender el choque. Las dos opciones parecen razonables e igual de respetables, teniendo en cuenta que casi 3.000 seguidores onubenses se habían desplazado ya a Madrid. Hay ocasiones en que acertar con la decisión justa parece casi imposible.

De lo que sucedió en el césped fue noticia la alineación del Real Madrid, en la que entraron Ronaldo y Beckham y de la que salieron Robinho y Reyes. De inicio, el Madrid propuso el habitual fútbol de balones largos para intentar que Van Nistelrooy y Ronaldo sorprendieran a la defensa rival. Mientras, el Recre buscó el balón y lo jugó siempre por el suelo. La consecuencia fue que el Madrid no disparó con cierto peligro hasta el minuto 37, con un lanzamiento que se perdió fuera de Van Nistelrooy, y el Recreativo se marchó al descanso con una justa ventaja en el marcador. Sinama recibió en el borde del área, aprovechó un error en el despeje de Cannavaro, que no tuvo su mejor noche, y batió a Casillas.

El tanto estimuló a Capello, que retiró a Emerson en el descanso y dispuso un doble pivote con Beckham y Guti, lo nunca visto en el técnico italiano. Los que no reaccionaron fueron sus jugadores, al menos hasta que recibieron el segundo gol, marcado por Uche después de un nuevo error de la defensa blanca.

Jugar como no sabe

Un mundo por delante, casi 40 minutos, y el Madrid se vio obligado a jugar como no sabe, con el balón en los pies y llevando la iniciativa. Guti nunca encontró su sitio y Beckham tampoco le ofreció la colaboración necesaria. El Recre dio un paso atrás, defendió con orden e inteligencia y sólo con eso frenó los ataques madridistas.

Capello siguió probando, retiró a Ronaldo y Salgado para que entraran Reyes y Mejía. Sergio Ramos se desplazó al lateral derecho y pasó a jugar con Van Nistelrooy como única referencia en ataque, pero éste tampoco fue el remedio a los males del Madrid, que tuvo más la pelota en la segunda parte, pero no supo qué hacer con ella y perdió con justicia. Y aún fue peor cuando Viqueira, que disputó un choque espléndido y antes había estrellado un tiro en el poste, convirtió un lanzamiento de falta de forma magistral.

El Real Madrid, que completó un partido lamentable, ante la indignación de su afición, despide el año con una notable decepción, pero instalado en la zona noble de la clasificación y con la ilusión de recuperar los títulos perdidos hace ya demasiado tiempo. Cuando Ramón Calderón fichó a Fabio Capello como entrenador tenía claro lo que quería del italiano. Buscaba, por encima de cualquier otro aspecto, levantar una Copa, la que fuera, algo que está en disposición de conseguir. Pero hasta que llegue ese momento, si al final sucede, la emoción más intensa que encuentran la mayoría de los seguidores del Madrid es dirigir sus ojos al marcador al término de los partidos. Lo que sucede entre el pitido inicial y el final no pasará a la historia y en gran parte de los casos bien merece una buena siesta.

Mientras, el Recreativo abandona 2006 con un triunfo que sabe a gloria, pero golpeado por la desgracia después de que Marcelino García y sus hombres, con un fútbol tan atrevido y alegre para la vista como efectivo, hayan completado un primer tramo de la temporada que sólo se puede calificar como sensacional, impecable.

Acabó el partido y llegó el momento de volver a recordar a los que no estuvieron, si hubo alguna ocasión en la que se dejó de hacerlo. Escribió el genial Julio Cortázar en Rayuela que "el recuerdo es el idioma de los sentimientos". Por desgracia ese es el idioma que han debido utilizar los seguidores del Recreativo y todos aquellos que, por un día, nos hemos sentido parte de ese centenario club y de su entrañable afición.