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Segunda | Málaga

Los accionistas dan un voto de confianza a Sanz

Se estrenaba en este tipo de actos, pero tampoco se esperaba ningún tipo de sobresaltos dadoque el presidente compila el 97 por ciento de las acciones. Fernando Sanz se estrenó en una Junta General de Accionistas en la que lo que menos hubo fue, precisamente, accionistas.

Los asistentes aprobaron las cuentas de la temporada 2005-06
mariano pozo

El Málaga sigue su curso más allá de leyes concursales, listas negras y blancas y derrotas. El club malagueño celebró en la tarde de ayer su Junta General de Accionistas en la sala de prensa de La Rosaleda. Fue, además, la primera desde que Fernando Sanz se hiciera cargo de la entidad malacitana. El presidente se estrenó en este tipo de actos. Pese a ser un novato en estas cuestiones, el trámite pasó sin mayores apuros. Algo que entra dentro de la lógica, puesto que Sanz engloba la mayoría absoluta de las acciones. Exactamente el 97 por ciento. Aplastante para cualquiera que pretendiese actuar como voz opositora. Las cuentas correspondientes al ejercicio anterior (2005-06) fueron aprobadas sin más sobresaltos. El Málaga acumuló unas pérdidas de algo más de cinco millones de euros, por lo que la deuda global asciende a casi 28 millones de euros.

En el orden del día, al margen de la aprobación de los números del año pasado, se procedió a la renovación del consejo, se nombró un nuevo consejero y se cambió el artículo 15 de los estatutos. La nueva cara del consejo da cierto pedigrí al organigrama. Se trata de Adolfo Aurioles, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Málaga.

Pero la mayor mancha de la tarde fue, sin duda, la escasa implicación por parte de ese mínimo grupo de accionistas que comprenden el tres por ciento restante, es decir, las participaciones que no pertenecen a los Sanz. Tan sólo asistieron 30 accionistas al acto. La ausencia más significativa fue la de Fernando Puche, segundo accionista más importante de la entidad. Los anteriores propietarios impusieron una norma el año pasado por la que los socios con menos de 25 acciones no tenían derecho a voz y voto. Sanz permitió el acceso a cualquier accionista e, incluso, la oportunidad de participar en el turno de preguntas. Algunos alzaron su voz para dar un voto de confianza al rumbo que ha tomado la gestión de Sanz y pidieron que no se olvide lo deportivo.