Nueva Condomina acoge un duro test para los grana

Si Gurb, el personaje de ficción salido de la chistera del gran Eduardo Mendoza, se diera una vuelta esta mañana por la Nueva Condomina pensaría que del Murcia-Valladolid del estreno del nuevo coliseo grana es un partido de Primera entre dos candidatos a algo más que lograr de una forma agónica la salvación. ¿Por qué? Pues porque se va a jugar en un campo que para si lo quisieran muchos de los equipos que juegan en la Liga de los Ases, porque entre ambos suman decenas de años con los mejores, porque en sus banquillos se sientan dos técnicos con intelecto y juventud como para aspirar a ocupar 'banquetas' de las buenas en años venideros, porque jugadores como León, Antoñito, Iván Alonso, Borja o Víctor por citar sólo algunos de los que se van a jugar los puntos tienen caché de liga de honor, porque dos equipos que dejan entre los suplentes a ilustres como García Calvo o Gallardo debe ser porque ganarse plaza en el once de salida es tarea harto difícil... Por mil razones el choque podría ser de Primera, pero hoy por hoy es de Segunda.

Desquite.

Es un duelo entre dos equipos que, desde el principio y a diferencia de la pasada temporada, están respondiendo a las exigencias. Los pucelanos acumulan cinco victorias consecutivas, ya están en ascenso y aventajan en un punto al once grana. A un equipo, el grana, que quiere quitarse el amargor dejado en la despedida del viejo estadio y que ansía volver a la senda de la victoria tres semanas después. En el bando local Alcaraz ha escondido tanto el once que ni los jugadores saben quien va a jugar. Juanmi jugará sus primeros minutos en liga por mor de la sanción a Notario, por delante Pignol, Cuadrado y Peña son fijos y se les podría sumar Juan Cruz Ochoa; En el medio, todo son mil conjeturas. Para el gol, Alcaraz lo fiará todo al talento de Antoñito y a la pelea de un Iván Alonso que se volverá a reencontrar con Iñaki Bea, el mismo que 'le partió' el pómulo el año pasado. Enfrente un Valladolid que gana 'de carrerilla' y que apelará al orden, al talento en las botas de Capdevila y al gol por parte del peleón Llorente. Lo dicho, será un partido histórico y con mucho sabor a Primera.