Bravo, un chileno en la ilustre portería realista

Presión en el Calderón? Si perdía con Colo-Colo, no podía salir en cuatro días de casa. La gente te insulta en la calle y en los córners hay gente con un cuchillo. Acá no ocurre eso, gritan y ya. Allá, detrás del arco te están tirando piedras". Ante ustedes, Claudio Bravo, portero de la Real Sociedad y un tipo valiente que quiere dejar su sello en España parando en seco al tándem Torres-Agüero.

"Jugar en España es mi sueño y quiero aprovecharlo porque los porteros chilenos no somos muy valorados fuera", repite siempre. Será titular en el Calderón, su primera ocasión de lucirse ante un grande. Bravo ha llegado este año a San Sebastián (por 800.000 euros) del Colo-Colo, campeón del Apertura, y es probablemente la mejor herencia del frustrante 'proyecto Bakero'.

En forma. Nacido en Santiago de Chile hace 23 años, Bravo acude con la intención de seguir siendo una de las sensaciones de esta pésima Real. Su personalidad se define con tres adjetivos. Primero, tranquilo. Bakero le dio la alternativa en Liga ante Mallorca, una semana antes de su cese, y Lotina decidió darle continuidad. Desde entonces ha jugado cinco partidos, ha encajado sólo cuatro goles (en los dos únicos partidos de la Real con la portería a cero estuvo él) y ha bajado la media de goles en contra (de 2,3 por partido a 1,6). Segundo, honestidad. Siendo suplente admitió que así no podía seguir de titular en su selección. Y tercero, timidez. Le gusta pasar inadvertido, prefiere salir sólo cuando se le solicita en sala de prensa y mide lo que dice.

Conoce al Kun e intentará pararle

Bravo atendió ayer unos minutos a AS. No quiere destacar mucho. "¿Agüero? ¿Quién no conoce al Kun? Será difícil, pero trataré de que no marque, sería bueno porque acá se mira con lupa los porteros, hay tradición". La anécdota la marca su relación con los medios. Con los de aquí es correcta, no tanto con los de Chile. "No les contesto. Van a buscar lo negativo porque vende más. El día que encajé cinco goles lo sacaron en primera plana, el día que dejé a cero el arco, en letras pequeñitas". Ahí está la explicación.