Víctor Salas confirmó el petardazo del adiós

La pena es que Guina, y sobre todo Figueroa, por aquello de la falta de acierto en los metros finales, estaban en el palco y no en el césped. El 'petardazo' que nos temíamos en la previa se consumó cuando Víctor Salas remachó mediada la segunda parte, en una de las pocas llegadas del Poli, el definitivo 0-1 con el que el Murcia se despidió de la que ha sido su casa en las últimas ocho décadas. Un adiós amargo en el que sobró la protesta desmedida de Antoñito (fue expulsado), el lanzamiento de botellas y la imagen del trío arbitral dejando La Condomina bajo escudos de la Policía. Una diapositiva velada que no corresponde con un público, de natural tranquilo, que vivió una jornada de 'montaña rusa', con subidones y un bajonazo final que aleja a los granas del liderato e impide la sexta victoria consecutiva de un equipo que no fue peor que otras tardes.

El partido arrancó con un Murcia más dominador en el centro que habitualmente. Pablo Ruiz marcó su territorio, pero sus balones, o los de Richi (los dos fueron a menos) se perdían pronto ya que ni los puntas, ni las bandas tenían su tarde. Con el Poli bien replegado, el Murcia sólo llegaba con conducciones largas de Pedro León (salió enchufado... y hasta revolucionado) y a balón parado. Los de Lucas dispusieron de un sinfín de faltas al borde del área y de corners, pero entre Kike y la mala puntería se quedaron sin efecto.

Aranda tuvo la ocasión más clara en un mano a mano con el meta pero éste agigantó su ya enorme figura y le 'apagó la luz' al malagueño. Acto seguido Aranda volvió a la carga. Un 'caño' de espaldas, un centro corrido que buscaba a Iván en boca de gol... y una mano que Pérez Pérez no vio. Los grana pidieron penalti pero el canario, debe ser por el color amarillo, se hizo el 'sueco'. Así, con dominio de un Murcia 'diésel', sin bandas, sin velocidad y sin acierto se llegó al entreacto. El Poli había logrado su propósito: sortear el chaparrón 'festero' del inicio sin encajar gol.

Mazazo.

La segunda mitad acrecentó las virtudes y defectos de ambos. El control, hasta la desesperación, del incómodo pero bien plantado Poli por un lado, y la distancia de líneas y el fútbol a pelotazos y 'tirones' de los grana vaticinaban un empate. Pero éste se quebró del lado celeste tras un fallo en la marca (Ramón se quedó clavado), tras un agarrón del zaguero que Víctor Salas transformó, con suspense y remache incluido tras parada de Notario, en el último gol en La Condomina murcianista. De ahí al final, todo para el olvido.

En el acta, botellas y roja al 'nueve'

Pérez Pérez recogió en el acta que "desde el 85' hasta el final se lanzaron botellas de plástico (unas vacías y otras con líquido en su interior con tapón) y una lata de refresco, llegando a golpear una en la espalda del asistente, sin tener que ser atendido". Dicha observación acarreará sanción económica. Respecto a la roja de Antoñito, el acta refleja que el 'nueve' dijo: "En la televisión se ve que no es fuera de juego, esto es una vergüenza, nos estás robando". Sin embargo, el club presentará imágenes (7 RM) que demuestran que no dijo esas palabras.