Segunda | Castilla 2 - Lorca 0
Mata aleja los fantasmas
El ariete hizo el primer gol del Castilla y dio el segundo
Hasta el minuto 78 parecía que la atrevida afirmación de Helenio Herrera ("con diez se juega mejor que con once") se haría realidad, como siempre más por los deméritos del equipo en superioridad numérica, esta vez el Castilla, que por la heroica resistencia del damnificado. La autoexpulsión del cerebro del Lorca, Xavi Moro, en el 27' hacía entrever que el encuentro sería un mero trámite para los pupilos de Michel, pero no fue así porque el filial blanco no supo leer cuál era el estilo que mejor se amoldaba a las exigentes circunstancias. El jeroglífico exigía mucho toque, paciencia, velocidad y verticalidad como soluciones. Pero el Castilla se arriesgó con el abuso en la conducción, precipitación y pausa. Un camino erróneo que Adrián y Mata supieron dejar atrás en el momento adecuado para desviar al filial por el mejor atajo hacia la victoria. El primero lo logró con pundonor y amor propio, y el segundo con maestría, que la posee en abundancia. Ellos fabricaron los dos goles. En el primero, Adrián asistió con maestría al escurridizo extremo, y en el segundo ambos triangularon para que Negredo empujara a placer.
Mientras el partido midió a los dos equipos en igualdad de condiciones pudimos apreciar la mejoría de Negredo. Su figura más estilizada (estaba algo pesado) le ha dotado de una velocidad más. Ésta nueva cualidad, unida a su fuerza, dominio del juego aéreo y olfato goleador (con el de ayer ya van cuatro, los mismos que en la temporada pasada) hacen del ex del Rayo un ariete interesante al más puro estilo Penev, que tanto nos enamoró pero que nos nos dejó sucesores. Él gozó de las mejores ocasiones en ese primer cuarto del partido y en la mejor no consiguió mojar porque quiso adornarse en el mano a mano en vez de machacar. Aún así, su disparo rozó el poste pero la intención no suma puntos en la tabla.
Momento clave.
A la expulsión de Xavi Moro se unió la lesión de la perla de los murcianos, Ramos. De esta manera, en sólo siete minutos el Lorca se quedó sin su líder y sin su puñal. Bajas que el Castilla no aprovechó. A ello contribuyó Javi García que sigue sin encontrarse. Y no es su culpa, ya que entrenarse a diario con el primer equipo pero jugar con el filial sólo produce mareos y debilita el rendimiento, porque no es casualidad que el otro canterano que siempre se ejercita con Capello, Adán, perdiese la titularidad en el Castilla hace un mes.
Pero el fútbol es caprichoso y cuando menos se esperaba una señal de vida del Castilla, llegaron dos. Zarpazos que le permiten respirar, a pesar de que a su técnico y al aficionado (que no el forofo) les siga atrayendo más el jogo bonito que el resultado, aunque éste aleje los fantasmas del descenso. Ésa es la doctrina de un filial.