El Castilla sonroja al líder

Empates como los logrados por el Castilla tienen el mismo sabor que la victoria porque aunque lo que se persigue en toda competición son los puntos, en el Madrid se incide en un objetivo mayor: forjar jugadores para el primer equipo. Y el conjunto de Michel demostró ayer que hay materia prima, que existen canteranos mucho más válidos que para jugar esporádicamente en barrizales como el de Écija. Son aptos para hacer que los secretarios técnicos de turno cejen en su empeño de recorrer las Américas en busca de refuerzos cuando Capello tiene bajas. La solución está en casa y tiene nombres propios: Mata, Borja Valero, De la Red...

Sí, De la Red. Ese centrocampista que nos ha tenido diez jornadas a la espera para gozar de su capacidad de mando, de su visión de juego y de una exquisita habilidad para efectuar el cambio de orientación. Junto a él también apareció Javi García, y con el resurgir de ambos se demuestra que cuando las vacas sagradas carburan, dirigen y se implican, el filial no tiene techo. Sólo talento.

Los dos centrocampistas aportaron un cambio de mentalidad al equipo que posibilitó la inoperancia del Xerez, el coco de Segunda, que volvió a deambular en Valdebebas (el año pasado cayó 4-3) y que se aferró al gol conseguido en las postrimerías del partido para maquillar sus defectos. Aún así, gozó de ocasiones, pero en la más clara, Pedro Ríos pateó a la portería como si apuntase a los palos de rugby, cuando su posición era privilegiada para agujerear la red y empatar el choque.

Jugones. El despropósito fue una mera anécdota en mitad de la exhibición de Mata y Valero. Entre los dos desarbolaron a la defensa andaluza. La explosividad y desborde de uno y la pausa, inteligencia y verticalidad del otro valieron para que el Castilla gozase de tres ocasiones de gol claras, en las que Julio Iglesias se lució y no cantó... La mejor de todas nació en las botas de De la Red pero Adrián la desaprovechó con la cabeza y con la zurda en el rechace, demostrando que lo suyo es crear y centrar pero no rematar.

Eso es cuestión de Negredo. El delantero, contagiado por tanta exquisitez, sobresalió en el pase al hueco, habilidad al alcance sólo de los elegidos. El ex del Rayo puso en ventaja al Castilla con un penalti cometido sobre Valero. El ariete está en racha y con sus goles mantiene a Bueno en la sombra. Otra perla que es el complemento ideal para Negredo. Su elegancia lo atestigua. Pero Michel lo evita.

Todo fue perfecto hasta que el trencilla expulsó sin deber a De la Red y la zaga se comió un pase a Camuñas que valió el empate, ya que su atención se centró en protestar una falta previa sobre Granero. Único punto negro al mejor baile del filial en lo que va de Liga.