Copa del Rey | Atlético de Madrid - Levante
Los niños salen de copas
Torres, Agüero y Jurado, en el once. El Levante rota
Tras múltiples e improbables conjunciones astrales, Torres y Agüero jugarán juntos de inicio con un mediapunta por detrás, Jurado, capaz de abastecerles de los balones que tanto necesitan. Sólo han sido necesarias media docena de lesiones y la llegada de la Copa para que el Atlético pruebe un esquema que puede solucionarle muchos problemas en esta época de carestía de efectivos. Al menos, debería ayudarle a acabar con un debate ya abierto y que puede resultar sumamente nocivo: ¿Son Torres y Agüero compatibles?
Partidos como el de Riazor, donde el Niño chocó contra un muro y el Kun estuvo desaparecido sin combate, han sembrado dudas sobre la pareja que debe guiar el futuro rojiblanco. Lo que casi nadie dice es que les mata la ausencia de un lanzador. Sin alguien que les haga llegar el balón en la zona de peligro, Torres tiene que bajar al centro del campo a buscarlo y luego regatearse hasta a sí mismo. Imposible. Y Agüero ni siquiera está para eso. Él la espera y, si recibe, es mortal. Si no, no existe. Por eso, pese a su aversión a los mediapuntas, Aguirre cambiará el sistema para colocar a Jurado en su sitio natural por primera vez. Si el experimento le funciona, habrá encontrado oro debajo de la alfombra.
Trampa granota.
Mientras el Atlético, que sueña con el título, saldrá con mayoría de primeros espadas (sólo Zé Castro y Jurado no son habituales), López Caro sí rotará. Jugarán de inicio suplentes ilustres como Tommasi, Dehu o Nino y ni siquiera entró en la convocatoria Ettien, uno de los fantasmas recurrentes de los rojiblancos. Pese a todo, el equipo granota tiene una plantilla más que interesante con futbolistas de mucho nivel como Kapo o, en el banquillo, Robert, un jugador absolutamente desequilibrante, a veces para el rival a veces para su equipo. Si sale, ojito.
En definitiva, un rival-trampa para el nuevo Atlético del trivote, que ante el Depor demostró que su relación con el balón ya no es tan disfuncional pero que con el gol sigue a tortas. Aguirre necesita que su juvenil ataque (20 años de media entre Torres, Agüero y Jurado) crezca deprisa. Está en manos de los niños.