Primera | Deportivo 1 - Atlético de Madrid 0
Aouate frenó al Atlético
El portero sostuvo al Depor hasta el gol de Arizmendi
Caparrós es un tipo con las ideas muy claras. Quería una plantilla de legionarios dispuestos a morir por él. Los tiene. Pero con eso no bastaría para tener al Depor en Champions. En el técnico utrerano se combinan Trapattoni y Wenger: solidez extrema y máximo aprovechamiento en el juego y un ojo clínico para detectar talentos en los fichajes. Ayer, el Atlético fue superior en Riazor, hombre por hombre, nombre por nombre; era lo normal. Pero ganó el Depor y no podemos hablar de injusticia, ni siquiera de suerte, Caparrós tenía un plan y le salió bien. Como casi siempre.
Pero tampoco señalen a Aguirre como derrotado en la batalla. Su apuesta por el trivote concedió al Atlético total control del partido, la pelota era suya y, por una vez, no la maltrató. Tocando y tocando, los rojiblancos fueron acumulando ocasiones claras, pero se toparon una y otra vez con Dudú Aouate. El portero israelí es la antítesis de la ortodoxia, pero las saca. Galletti, Luccin, Torres y Maniche pueden dar buena fe de ello, y la única vez en la que con su extraña parada no fue suficiente, en un lanzamiento de falta tremendo del francés, el balón acabó milagrosamente en el palo. Las cosas del Atleti, ya saben.
Como empieza a ser también peligrosa tradición que los rojiblancos se rompan como el cristal de Bohemia. Esta vez le tocó a Mista. El murciano, ayer volante izquierdo, había comenzado el partido como un tiro, rozando el gol en un cabezazo de listo, materia en la que siempre destaca. Pero un saltito, una lesión muscular y el Atlético se quedó groggy un cuarto de hora, buscando muñecos de vudú por el césped. A este paso, Aguirre acaba jugando.
Un plan perfecto.
Mientras su rival luchaba contra molinos, el Depor ni pestañeaba. Esperaba y esperaba, mostrando su cara más italiana. Son mejores, pero tendremos nuestra oportunidad, parecían pensar. Y acertaron. Pero para marcar no les hubiera bastado con la mera especulación, ahí entró en juego el sexto sentido de Caparrós para ver la calidad que otros obvian. En el descanso dio entrada a Verdú, tan desconocido para mí como para ustedes y despreciado por el Barça. Bueno, pues el chaval tiene una pierna derecha de escándalo y puso una falta que era un bombón. A Arizmendi, que ha encontrado el gol que siempre le faltó, le bastó rozarla para batir a Leo Franco. Ya en la prolongación, Verdú marcó un golazo mal anulado por fuera de juego. Lo dicho, una joya.
Tras el gol, el Atlético apeló a la heroica. Agüero (desaparecido) y Torres sólo conectaron una vez y el remate del Niño lo sacó Arbeloa bajo palos. Ahí se acabó un partido del que ambos deben salir con la cabeza alta. El Depor porque logró lo único que le importaba y el Atleti porque sigue creciendo. Caparrós y Aguirre son dos garantías.