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Primera | Athletic

Urkijo no asume el pago que exige Zubiaurre

La parte del jugador se fue de Ibaigane por la puerta de atrás

<b>LOS QUE SALIERON POR DELANTE. </b>Juan Carlos Ercoreca, Ana Urkijo y Carlos Suárez tras la espantada.

El asunto de Iban Zubiaurre está tomando unos tintes lamentables. Va de mal en peor. Si ya de por sí los juzgados han demostrado que ni el futbolista ni los rectores del club rojiblanco obraron como se debe al contratarle, cada episodio que pasa es más surrealista. Fundamentalmente por la parte del jugador, que se siente rojiblanco aún sin serlo, ya que cuando le presentó Lamikiz no había que pagar un canon por su libertad. El padre del lateral de Mendaro, que lleva 16 meses lejos del fútbol y aún no sabe cuándo volverá, negoció anoche en Ibaigane con la presidenta, Ana Urkijo, el pago de los cinco millones de la indemnización dictada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. De momento, según ha podido saber AS, no hay acuerdo y existen claras diferencias. El progenitor del ex realista, sus asesores y su intermediario, Angel Caballero, causante inicial de este culebrón, dejaron la sede de mala manera, escondidos, sin dar la cara ante los dos medios que les esperaban en la fachada principal. Quizás sorprendidos ante un desenlace que esperaban de otra manera.

La directiva fue en cierta manera cómplice de la fuga, un despropósito más en este caso. Primero, impidió el paso a los periodistas al jardín de la sede social para evitar el retrato del séquito de Zubiaurre, que no debía tener la sonrisa de la víspera. Después, tras sacar al grupo por una puerta lateral, le dirigió hacia unas rejas que permanecen cerradas desde las siete de la tarde. Y eran cerca de las nueve. Quedaba un pequeño sprint y el pelotón de Zubiaurre escapó a prisa hacia un coche.

Mal asesorado, como desde el principio, la imagen del jugador sigue cayendo en picado. La presentación del acuerdo por seis años con el ya ex presidente, su abogado sacando pecho con la sentencia de cinco millones antes de encerrarse con El Correo para darle sus únicas palabras: "Es uno de los días más felices de mi vida". Ridículo él, no el medio. Sobre todo, porque a la hora que se redactaba esta información, Zubiaurre no es jugador del Athletic ni lo tiene cerca a no ser de que la parte del jugador asuma una mayor parte de los cinco millones. Habría que ver si acordada como habrían dicho con Lamikiz.

Ibaigane, que se puede reunir de nuevo en cualquier momento con los asesores del futbolista, aguarda a la decisión de la Real de presentar o no un recurso contra la sentencia. En manos de los Zubiaurre está ahora la ficha.