NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Primera | Atlético 2 - Sevilla 1

Maxi y Torres, al rescate

El Atleti remontó in extremis a un Sevilla con nueve

<b>LOS DOS HÉROES. </b>Maxi se fue como una bala a celebrar el gol del triunfo con Fernando Torres, que se lo había puesto en bandeja.

Fue un partido magnífico. Su intensidad aplastó sus imperfecciones: la mala primera parte del Atlético y el suicidio sevillista en la segunda, cuando se quedó con nueve por falta de cabeza. Lo que queda es la sensación de equipo realmente importante de los de Juande antes del descanso y la fe inquebrantable de los de Aguirre en la reanudación. Y el ambiente. Por encima de todo, el ambiente. El Calderón a reventar, empujando a su equipo al ritmo de las carreras de Maniche y estallando con la heroicidad final de Maxi y Torres. Esa afición merecía hace siglos un final tan feliz.

Fue un partido en dos actos al que, para no perder las costumbres, le sobró el árbitro. Bernardino González Vázquez, ese hombre. Tal vez pensando que no había testigos televisivos, el hombrecillo se vino arriba y comenzó a sacar tarjetas compulsivamente, como si no hubiera mañana. Al descanso llevaba nueve y había desquiciado a todo el mundo. Pero la ducha sólo calmó al Atlético.

Las expulsiones. El Sevilla, que gobernaba el partido a placer, salió enloquecido. Famoso por saber controlar siempre los ritmos, se le fue la mano. Nada más empezar, Escudé entró innecesariamente por detrás a Agüero en mediocampo. Segunda amarilla. A la calle sin derecho a rechistar y el Atlético resucitado. Pero la fe no siempre mueve montañas y los de Aguirre seguían sin ideas. Necesitaban otro empujoncito. Y allá fue Javi Navarro, ya amonestado, a cortar una contra de Petrov sin medir ni pensar. Falta aparatosa, tarjeta justa y partido nuevo.

El aplastante inicio del Sevilla quedó muy lejano. Una lástima, porque fue una delicia ver a Kanouté volver loca a la defensa atlética intimidando con su cuerpo y desequilibrando con su calidad, a Navas desbordar sin cesar y a Renato llegando una y otra vez al área, para callarnos a los que acusamos a Juande de miedica por sacrificar un delantero y poner tres pivotes. El brasileño marcó tras un error de Pablo y Costinha y un rechace afortunado. Pura justicia. El Atleti era la lucha infructuosa de Maxi, Torres y Agüero y nada más.

En el descanso Aguirre dio entrada a Maniche y cambió el partido. A falta de un creador puro, el dinamismo, pase largo y llegada del portugués son indispensables para el Atleti. El Calderón se le rindió a la segunda carrera y, ya con la grada encendida y superioridad numérica, el asedio atlético fue constante.

Pero el gol no llegaba porque nadie era capaz de inventar algo ante la muralla sevillista. La entrada de Mista ayudó, pero al final fueron los de siempre los que acudieron al rescate. En el 86', Maxi agarró un gran disparo lejano. Locura general. Y entonces apareció Torres para desmontar a Ocio y regalarle el segundo a La Fiera. El Atleti no jugó, pero ganó, sintió y creyó. No es mal comienzo.