Primera | Atlético 0 - Valencia 1
Villa desnuda a Aguirre
El Atlético, incapaz de marcar a un sólido Valencia
El Valencia le recordó ayer al Atlético que aún le queda mucho camino por recorrer para dar el salto al escalón superior de la Liga. En el Calderón se enfrentaron anoche dos equipos que perfectamente podían haber sido sus versiones de las temporadas pasadas. Un Atleti que sigue viendo en el balón a un enemigo y un Valencia que no necesita gran cosa para ganar un partido.
En definitiva, un simple meritorio frente a un equipo de élite que, además, cuenta con un Villa en estado de gracia. Cada desmarque, cada aparición cerca del balón, cada guiño encierra peligro. El Guaje marcó a los 6 minutos tras un error en cadena de la zaga rojiblanca y, pese al empeño posterior de los de Aguirre, ahí acabó el partido. De ello se encargaron los fabulosos centrales del Valencia. Ayala, en las buenas y en las malas, es un maestro y Albiol, el discípulo soñado. Seguramente Pablo viera ayer de cerca al hombre llamado a levantarle en breve la titularidad en la Selección.
Tampoco el ataque del Atlético fue demasiado sofisticado. Resulta absolutamente incomprensible que Aguirre dejara sin solucionar un problema de construcción tan evidente que amenaza con cargarse todo el proyecto. Se vio desde el primer amistoso que su notable plantilla carecía de un cerebro capaz de canalizar todo su potencial. Aún no lo es Jurado, que lo intenta pero está algo verde, y no hay otro centrocampista capaz de dirigir el ataque rojiblanco. Un suplicio. El Valencia regaló el balón y sesteó tranquilo hasta la expulsión de Moretti.
Agüero. Cada vez que su rival se encierre atrás, el Atlético quedará a merced de una genialidad aislada de sus delanteros. Bien, entonces, ¿cómo se explica la suplencia de Agüero? De ninguna manera. El cuento de que hay que descargarle de presión lo ha desmontado el propio técnico mexicano con sus actos. ¿Qué es más responsabilidad para el chaval: ser titular o salir como salvador en la segunda parte? Obviamente, lo segundo. Así que dejar en el banco al mejor futbolista de la pretemporada parece temerario. Tal vez Aguirre debería ir entendiendo que lo que funciona en Osasuna puede no funciona en el Atlético. El Kun salió y casi empata en un remate a bocajarro que se fue fuera, la ocasión más clara del desordenado asedio rojiblanco con uno más. Antes Cañizares había desviado un trallazo de Luccin.
La superioridad acabó cuando Torres, gris toda la noche, cayó en la trampa de Cañizares y acabó en la ducha, poniendo un feo broche en un Calderón que se fue a casa con la peor de las dudas: ¿es esto más de lo mismo? El Valencia, en cambio, no tiene ninguna duda, lo sabe: es lo mismo de siempre. Y esa es la mejor noticia posible.