La Superliga 2006-2007 suena a fútbol de Primera

Este domingo arranca la Superliga más competitiva con un favorito, el Espanyol, ganador de todos los títulos en juego la pasada temporada, y con muchos candidatos. Con los ascensos del Atlético y la Real Sociedad, la competición suena cada vez más a fútbol de Primera. Siete equipos, los dos mencionados más Espanyol, Athletic, Sevilla, Barça y Levante tienen detrás a un club de la máxima categoría. Otro, el Rayo, un histórico ahora en 2ª B, respalda al Rayo femenino. Y los clubes verían con muy buenos ojos la llegada de otros clubes como el Real Madrid.

"Ojalá entrara el Madrid. Sería un pelotazo", asegura José Luis Rodríguez, presidente del Puebla, el equipo con uno de los presupuestos más bajos, 130.000 euros, y que representa a la población más pequeña, Puebla de la Calzada (Badajoz), 5.600 habitantes. "Lo nuestro es un milagro. Con un presupuesto tan pequeño y ante la llegada de estos equipos fuertes, estamos condenados a morir de inanición. Pero aunque nos perjudique, aquí está el futuro, en la llegada de estos clubes nodriza", reconoce José Luis Rodríguez.

Pero la irrupción de grandes clubes no es sinónimo de despilfarro. De hecho, el Barcelona pierde a su estrella mediática, la mexicana Marigol, y este año cambia de mensaje: "cantera y austeridad". Su nuevo entrenador, Xavi Llorens, confiesa sentirse "desbordado" ante la situación que se ha encontrado: "El club me ha dicho que no me puedo pasar de los 100.000 euros del presupuesto, en el que no se incluyen los viajes. Hemos tenido nueve bajas, seis titulares, y no hemos fichado. En la primera reunión a la que he asistido de la Superliga me han dicho otros clubes: 'sois el equipo que va a bajar'. A ver qué pasa".

María Vargas, entrenadora del Atlético es más optimista y se emociona cuando se le habla de un futuro Atlético-Real Madrid: "Despertaría un gran morbo y movería a mucha gente", vaticina. María Vargas y Laura Torvisco, entrenadora del Torrejón, son las únicas mujeres que entrenan en la Superliga, un puesto para el que se exige, como mínimo, título de primer nivel. "Las mujeres reivindicamos igualdad, pero cuando llega el momento a veces no arrimamos el hombro. Esto no da para comer, pero el fútbol femenino se merece el esfuerzo", concluye Vargas.