Primera | Racing 0 - Atlético de Madrid 1
Salvadores Torres y Leo
Marcó el Niño y el meta frenó el asedio del Racing
La vida sigue igual. El Atleti de las mil caras nuevas ganó gracias a Leo Franco y Fernando Torres, los de siempre. Visto lo visto en Santander esto no va a ser una excepción, porque Aguirre lo tiene muy claro: cero en su portería y a esperar una aparición de cualquiera de sus fenomenales delanteros. Puede no ser bonito, pero al Atlético se le ha acabado el tiempo para la poesía. Necesita ganar de cualquier manera. Y así va a ser.
Porque de juego, justito. Los primeros 25 minutos fueron un espejismo. Con Jurado y Mista muy activos, los rojiblancos tocaban y tocaban como si su crisis creativa hubiera pasado a mejor vida. En una de esas, Torres se encargó de marcar en una contra y recordarle a todo el mundo quién sigue siendo la estrella de este equipo.
Lucha local.
El Racing, muy limitadito, veía la pelota pasar como cualquier humano a las chicas en Ipanema: lejana e inalcanzable. Pero entonces apareció Seitaridis para hacernos pensar (y me aterroriza sólo decirlo) que tal vez Velasco no fuera tan malo. Primero despejó para el lado equivocado, regalándole a Juanjo un remate franco que acabó milagrosamente en el larguero. Tembleque total y fin del Atlético. Para rematar su show el griego intentó hacer malabares en ataque, perdiendo el balón y también la cabeza. Patada por detrás, roja y su equipo con uno menos toda la segunda parte.
La expulsión provocó que Aguirre sentara a Jurado, que había sufrido su bautismo de fuego en Primera a pie de Pablo Alfaro (se imaginan, ¡no!), y el balón ya fue siempre del Racing. Entonces surgió, descomunal, la figura de Leo Franco, que soportó el asedio local como si estuviera jugando una pachanga con sus sobrinos, sin inmutarse. Como broche, un paradón antológico a Cristian Álvarez acabó con el Racing, que atacaba más por obligación que por convicción en poder marcar.
Al loable esfuerzo del club cántabro por enganchar a su afición con gente de la casa aún le falta una pieza fundamental. Colsa brega en el medio, Munitis siempre crea caos a su alrededor y Juanjo muestra maneras. Además, en Felipe Melo puede tener su Baptista particular. Pero el equipo necesita un goleador urgentemente. Si lo logra, no debería pasar apuros.
Así murió el partido, con Leo tapando todos los agujeros, con una aparición testimonial de Agüero, con Iturralde pitando el final cuando el balón rondaba la portería rojiblanca y el Atleti de Aguirre amarrando tres puntitos que iluminan su futuro. Pero también le recuerda que sólo con Fernando Torres y Leo Franco no bastó en otras temporadas. Avisados están. Se espera al resto.