Amistoso | Almería 0 - Athletic 3
El Athletic está cómodo sin balón
Acaba el verano con un gol en contra. Aranzubia huele a titular. Llorente y Dañobeitia dieron aire
El Athletic se planta en la Liga de la resurrección con cosquilleos en la tripa, bajo esa sensación de inquietud de quien no las tiene todas consigo. Y no es porque no estén bien claros los nuevos conceptos de su técnico, sino porque realmente de las tareas que tenía para este verano sólo hace bien la mitad. Si Sarriugarte quería un equipo coriáceo en defensa, ya lo tiene. Los rojiblancos se van de la pretemporada habiendo encajado sólo un gol, en la primera cita en Colonia. Con el bolo de ayer en Almería, donde terminaron llevándose con autoridad el trofeo por 0-3, han encadenado cinco amistosos sin encajar un tanto. En el debe está el juego, faceta en la que aún está corto con el 4-3-3. Al Athletic de Sarriugarte se le ve cómodo sin la pelota, pero un poco atascado con ella. Anoche, tapó esa carencia con una pegada demoledora en los minutos finales, en los que Dañobeitia y Llorente dieron otro aire a sus embestidas. El primero dio un gran pase de gol y marcó después. Al riojano se le notó hambriento.
El último amistoso antes del comienzo liguero debía despejar varias dudas. Quizás la incógnita más importante era la de conocer quién ocupará la portería ante la Real. El técnico reconoce que ya lo sabe, aunque no lo hará público. Aranzubia parece partir con ventaja. Si se atiende a la lógica de que el choque es dentro de siete días, lo lógico es que repita quien dispute la prueba final, aunque todos los técnicos no opinan lo mismo. Sin ir más lejos, en el Athletic sucedió el año pasado. Mendilibar alineó en Palermo a Lafuente y luego apostó por Aranzubia. Anoche, el riojano estuvo en el once. Comenzó dubitativo en un par de salidas, pareció serenarse, pero en el minuto 47 estuvo a punto de armarla. Midió mal un balón cruzado y no marcó Bermejo de milagro. No hizo muchos méritos, aunque dejó, como ante el Everton, su puerta a cero.
No está del todo clara otra de las dudas, la del central que, en principio, acompañe a Sarriegi. La fiebre de Ustaritz impidió comprobar si realmente Prieto iba a ser titular. El de Dima hizo méritos e incluso paseó su habilidad para marcar a balón parado, algo de lo que ya hizo gala en la campaña anterior. Quizás el técnico apueste por la experiencia para frenar a Kovacevic. Iraola y Casas en los laterales, Orbaiz en el pivote, Gabilondo por dentro y el trío arriba Etxebe-Aduriz-Yeste parecen fijos. Falta el acompañante del ex realista en el otro vértice del triángulo en el medio campo. Anoche jugó Garmendia. Cumplió sin más. Adelantar ahí a Orbaiz dejando por detrás a Murillo puede ser una opción. Javi Martínez o jugar con otro delantero más, teniendo en cuenta que el partido es en San Mamés, son las demás posibilidades. Dejar sentados a Llorente y Urzaiz es todo un lujo.
Espesura.
Del Athletic ofensivo hubo pocas noticias hasta el tramo final del choque. Faltaba distribución, aunque Gabilondo y Garmendia pusieron empuje y empeño. En realidad, sólo mejoraba la cosa cuando tenía el balón Yeste y gracias a algún chispazo de Etxeberria. Ni Aduriz estaba cómodo. Cierto es que el Almería tampoco es una perita en dulce, tiene jugadores de nivel como Ortiz y el realista Gorka Larrea fue un perro de presa en la medular. De hecho, a Westerveld sólo se le pudo batir a balón parado, en un córner que mandó a la red Prieto con gran serenidad, con un toque suave con el interior. El campo tampoco ayudaba a hacer grandes triangulaciones y el equipo apostó por jugar muy directo.
Casas trataba de descolgarse en alguna llegada, a Iraola se le vio defensivo... Al contrario que en Barakaldo, los que no apuntan a titulares contra la Real hicieron méritos para sumarse al carro de los minutos. Ahí sí, con el Almería y el Athletic diferentes por los cambios, la capacidad de Llorente, Dañobeitia, Urzaiz y Beñat, todos ellos participantes en los dos últimos tantos, noqueó al equipo almeriense. El 0-3 ante un Segunda A dice bastante, aunque la Liga es otra historia. Al menos, los seguidores rojiblancos pueden estar tranquilos y esperanzados toda la semana festiva. Este Athletic tiene pinta de convertirse en un bloque compacto, duro de pelar. Falta ensamblarlo. Tengan fe.